Laporta desaparece de escena

Atacado por un proceso febril que va acompañado de un importante cuadro de tos según fuentes oficiales, Joan Laporta no acudirá este martes a una mesa-coloquio en la que estaba anunciada su presencia para analizar el documental “El fitxatge”, que esta noche emite TV3 dentro de su programa “Sense ficción”. La ausencia de Laporta, a quien se ha recomendado no forzar la voz, responde oficialmente, pues, a motivos médicos. Pero es inevitable relacionar su ausencia con la huida de la escena pública en los últimos días.

Laporta renunció a viajar a Almería a última hora el jueves pasado. Posteriormente, esa ausencia se justificó en este proceso febril que ataca al presidente, pero antes ya había trascendido su enfado por las declaraciones de Xavi en la rueda de prensa del miércoles, cuando dijo que el socio tenía que entender que la situación era “muy difícil” y que este ya no era el Barça “de hace 25 años” y un entrenador llegaba y decía: “Quiero a este, a este, a este y a este”. Dolido porque cree que se ha esforzado en darle una plantilla competitiva con refuerzos como Koundé, Raphinha, Lewandowski, Kessié, Gündogan, Christensen, Cancelo o Ferran, entre otros, Laporta se sintió ofendido y, según fuentes cercanas al presidente, entendió que el entrenador no se estaba portando como el hombre de club que proclama ser.

Laporta sí viajó a la final de la Copa de la Reina a Zaragoza, pero se mantuvo en un discreto segundo plano y, pese al éxito del equipo de Jonathan Giráldez, que goleó (8-0) a la Real y conquistó el tercer título de la temporada, no quiso hacer declaraciones, ni tan siquiera del femenino, por si a alguien se le ocurría preguntar por Xavi. Que el silencio institucional no es casual se confirma en el hecho de que ni el director deportivo, Deco; ni el vicepresidente deportivo, Rafael Yuste, hicieron declaraciones en la previa ni en el postpartido el pasado domingo. La ausencia de Laporta en TV3 es la confirmación definitiva de su desaparición de escena y de que algo se cuece en las oficinas de Can Barça apenas tres semanas después del anuncio oficial de la continuidad del entrenador hasta 2025.

Esta vez, Laporta, que actuó de manera impulsiva en la famosa noche del sushi, cuando hizo correr a sus más íntimos para que filtrasen a los medios afines la continuidad de Xavi, quiere ir con pies de plomo esta vez.

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