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REAL MADRID

La vida sigue igual en la retaguardia

Militão y Alaba vuelven a tomar ventaja en la pelea por ser la dupla titular del equipo. En América, más protagonismo que Nacho y Rüdiger y 90 minutos en El Clásico.

Militão y Alaba, tras el Real Madrid Barcelona (octubre de 2022).
JAVIER GANDULDIARIO AS

Nuevo año y mismos nombres. La vida sigue igual en la retaguardia blanca. Ancelotti, que a la hora de la verdad siempre ha apostado por Militão y Alaba como pareja de zagueros, no se ha separado de ese sendero en esta pretemporada. Ni la nueva primera capitanía de Nacho ni el esprint de Rüdiger la pasada temporada han hecho virar un ápice la idea del técnico italiano con respecto a la defensa. El brasileño y el austriaco siguen siendo sus hombres y así lo dicen las sensaciones y, principalmente, los números. En los cuatro primeros partidos del nuevo curso, y pese a que el canterano blanco fue el primero de los cuatro centrales en incorporarse al trabajo, Éder y David son los que más minutos han sumado: 207′ cada uno, frente a los 153′ registrados por el español y el alemán. Última certidumbre de que, con todos disponibles, el de Reggiolo lo tiene claro.

Militão, ante el Manchester United, en la gira estadounidense.
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Militão, ante el Manchester United, en la gira estadounidense.

La preferencia viene de lejos y no pilla a nadie por sorpresa, pero llama la atención la claridad con la que Ancelotti la muestra, aún en pretemporada. En el Clásico del pasado domingo (primera cita de relumbrón del verano) sin ir más lejos, Carletto dejó todo el partido en el banquillo a Nacho y a Rüdiger. Cero minutos para dos futbolistas que, al margen de inclinaciones futbolísticas, han demostrado fiabilidad en la mayoría de las ocasiones en que el italiano ha decidido alinearles. Pero Carlo lo tiene claro. Si están bien y el partido es de quilates, juegan sus otros dos compañeros. La temporada pasada deja dos ejemplos significativos. El primero atañe al ex del Bayern y tiene como escenario el Estadio de la Cartuja. Con Alaba entre algodones tras una temporada de continuas lesiones (se perdió el 31% de los partidos por problemas físicos), el italiano no dudó en incluirle en el once en la final de Copa. En sus piernas, tan solo dos entrenamientos.

La segunda tiene que ver con Militão y generó debate en algunos sectores del madridismo. Tras ‘secar’ Rüdiger a todo un coloso como Haaland en la ida de las semifinales de la Champions en el Bernabéu (estando el de São Paulo sancionado), la vuelta de Militão a la titularidad en el Etihad se puso en seria duda. Desde fuera, claro, porque internamente Ancelotti no tenía dudas. Y es que, cortesía del rendimiento de ambos en el verde, el binomio brasileiro-austriaco ha sido una constante desde que Alaba aterrizara en Madrid en mayo de 2021. Sin Rüdiger aún en el equipo, entre los dos sumaron 8566 minutos (4496′, Militão y 4070′, Alaba) en la 2021-22, por los 2535′ de Nacho. En esta última (2022-23), ya con el alemán en las filas blancas, el precario año de Alaba en lo físico cedió protagonismo a un Rüdiger que acabó convirtiéndose en el segundo central más usado de la plantilla, con 3844′ (Nacho fue cuarto con 2676′).

Y de fondo... un arranque dubitativo

Pero el comienzo de este nuevo ejercicio vuelve a poner las cosas en su sitio. Y eso que el rendimiento del equipo en el terreno defensivo no ha sido boyante en lo que llevamos de verano. Ni con unos ni con otros. Ocho goles ha encajado el Madrid en tan solo cuatro partidos (a dos por encuentro). Una anomalía que por el momento se ha achacado a los desajustes propios de la implantación del nuevo sistema (4-3-1-2), más que a la zaga en sí, y que a Ancelotti, con el estreno liguero a una semana vista, le conviene atajar cuanto antes. Si pondrá fin o no en San Mamés (sábado, 21:30) a la sangría de las últimas fechas, está por ver. Lo que sí resulta presumible es que tratará de hacerlo abrazado a sus dos principales escuderos. Alaba y Militão son inamovibles. El italiano es cristalino.