La unidad B del ataque da un paso al frente

Son del mismo perfil. Bajo. Humilde. Trabajador. Hablan en el campo y no fuera. Ni una mala cara, ni un gesto, ni una palabra más alta que otra. Se dedican a mirarse a sí mismos, a entrenar y a ponerle difícil a Simeone las decisiones. Cunha y Correa recibieron este sábado lo que merecen. Porque tienen capacidad para ello y porque no desfallecen, son obreros del fútbol y ante el Celta vieron recompensado su esfuerzo diario. El argentino, con un tanto, y el brasileño, con una cabalgada digna de estudio que derivó en el gol en propia puerta de Unai Núñez.

Lo de Correa ya ni sorprende. Cuando tiene la oportunidad de entrar, por regla general, pasan cosas. No necesita mucho rodaje para rendir al nivel de aquellos a quienes sustituye, y el Cholo lo sabe. Si el calendario aprieta, ahí está el rosarino para dar el relevo, y lo hace con garantías. Las mismas o más que ofrece su competidor. Lleva años en esa línea y, si sigue en el Atlético, es porque quiere, porque se siente en casa y ama al club. Ofertas de fuera no le han faltado nunca. Ante la ausencia de protagonismo en ciertas ocasiones, podría haber optado por cambiar de aires. Pero él ha priorizado al Atlético. Este curso cumple su novena temporada en el club y en esta 22-23 tratará, como siempre acaba consiguiendo, de hacerse con un lugar importante en el equipo.

Lo mismo desea Cunha, que mira de reojo al Mundial, pero que, al contrario de lo que le ocurre a su compatriota Lodi, no le inquieta. Confía mucho en sí mismo y ya demostró en la 21-22 que, a base de cabezonería, es capaz de derribar la puerta de la titularidad. Su competencia es clara: Morata. Lo reconoció el propio Simeone en rueda de prensa. El buen inicio del madrileño y algún que otro problema físico le han privado de minutos, pero la temporada es muy larga y él espera convencer al Cholo. A poder ser, antes de noviembre. Al argentino le llena el ojo y así lo manifestó tras el encuentro ante el Celta: “Cunha, por sus características, es el jugador ideal para el Atlético de Madrid”, manifestó.

El internacional brasileño es pura explosividad, una característica que, a la contra, con espacios y teniendo en cuenta la forma de jugar del equipo, le aporta mucho a Simeone. Empuja a sus compañeros hacia adelante con sus arrancadas y es generoso en el esfuerzo, algo innegociable para el de Buenos Aires. Venía de perderse el estreno en Champions y, ante el Celta volvió a recordar que ahí sigue. En silencio, pero trabajando para dar mucha guerra.