La última ovación a Navas... donde debutó con victoria
El primer partido del palaciego en el Bernabéu, hace 20 años, acabó con victoria sevillista, algo que pretende repetir el día del punto y final a su carrera
EI Real Madrid-Sevilla será, ahora así, el partido de la despedida definitiva de Jesús Navas del mundo del fútbol. Más allá del debate de si debía haberse retirado hace una semana en el Sánchez-Pizjuán, el capitán sevillista ha querido prestar sus servicios hasta el último momento al que se había comprometido en verano. Navas dijo entonces que se retiraría a final de año y eso va a hacer, marchándose en el último partido de 2024 con 39 años y un mes en su carné de identidad.
Nadie duda de que el Santiago Bernabéu despedirá a Jesús Navas con la ovación que su trayectoria dentro y fuera del terreno de juego merece. Hasta García Pimienta, entrenador del Sevilla, afirma que será emocionante. Un García Pimienta que dará minutos a Navas tanto para que reciba el homenaje como por la convicción de que el Campeón del Mundo aún tiene cosas que aportarle a los suyos. De hecho, intentó por todos los medios que Navas rectificara y aguantara hasta final de temporada, pero rápidamente entendió que los dolores derivados de una maldita lesión de cadera son insoportables para un jugador que está poniendo en riesgo su salud. Navas se ha ganado el derecho a decidir y más allá del malentendido veraniego en el que estuvo fuera del club por algunas horas, todo el mundo está de acuerdo en ello.
Si hay un sitio para despedirse del fútbol, es el Bernabéu. Pero con Jesús Navas se da la circunstancia de que hubo un tiempo en el que pudo llegar a ser su casa. Porque en 2013, cuando hizo las maletas rumbo al Manchester City, Navas esperó hasta el último momento la oferta de un Real Madrid que lo rondó pero que nunca acabó de decidirse. El Sevilla se encontraba con una crisis económica como la actual tras dos años sin Europa, por lo que estaba obligado a vender a sus estrellas: Negredo y Navas. El de Los Palacios entendía la situación y se sentía convencido de poder alejarse de casa, algo que había sido un problema en los albores de su carrera. Pero como es lógico, prefería estar a distancia de AVE de su pueblo que a miles de kilómetros en avión.
Finalmente, los 30 millones de euros que el City de Manuel Pellegrini ofertó al Sevilla fueron suficientes para que la leyenda hiciera un Erasmus de cuatro temporadas y que en su carrera no haya vestido ningún otro blanco que el de la camiseta de su Sevilla. Hoy se despedirá de rojo, el color con el que debutó ante el Espanyol y con el objetivo de irse del Bernabéu igual que en su primer partido en Chamartín hace 20 años: ganando.
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