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LAS PALMAS

La terapia del shock

La expulsión de Valles ante el Barcelona obligó a cambiar el plan de juego a los de García Pimienta. La nueva ruta mejoró el rendimiento defensivo.

La terapia del shock
GORKA LEIZADiarioAS

Las Palmas comenzó su encuentro en Barcelona como suele ser habitual. Querencia por la pelota para buscar la portería rival y presión rápida sin importar la altura cuando se perdía la posesión. Todo bien. Así llegaría la primera gran ocasión de Las Palmas. A los siete minutos Muñoz se la robaba a Sergi Roberto en el último tercio. Kirian se le entregaba a Munir para que este, con un gran amago dentro del área, esquivara a Cubarsí que llegaba como un jet-foil Princesa Guayarmina. Lanzaba el exbarcelonista, pero el balón salía desviado.

Los de García Pimienta dejaban claro cómo pensaban que se podía hacer daño y el test le había salido positivo. Sin embargo, en el pecado llevaba la penitencia. Si arriba los amarillos amenazaban, atrás sufrían. La construcción por momentos recordaba a lo que le pasó en el Metropolitano y la salida en velocidad culé tenía reminiscencias a la fulgúrea certera del Getafe. Cada jugada en contra prácticamente se convertía en un contragolpe.

Los de Xavi ponían la pelota lo más rápido posible en la otra parte del campo —como intentan otros equipos, pero claro, en este caso, con mucho acierto—. Porque parte del secreto amarillo no está solo en robar arriba, sino en el desacierto del rival para evitar perder la pelota cerca de su área. El palo de recibir un gol tras una pérdida —como la del minuto siete— provoca el miedo a ese palo y en consecuencia, el pensamiento normal de los conjuntos a los que se enfrenta Las Palmas: más vale un duelo aéreo 20/80 cerca de la portería de Las Palmas que uno 60/40 por tierra en la propia. Pero el sábado no fue el caso.

Esa presión alta fue clave el año pasado tanto para lanzar a los amarillos al liderato cuando estuvo bien ejecutada, como para sacarla de la misma cuando no se llevaba a cabo de formar correcta. “No se trata de que yo haga la presión, sino de forma colectiva. Si el equipo contrario es capaz de salir, aunque vayan dos jugadores a presionar, te desordena y das posibilidades al equipo rival para que te genere una situación”, explicaba García Pimienta hace poco menos de un año en la previa ante el trascendental partido, a priori y a posteriori frente al Levante. Una explicación que sigue vigente.

Así pues, el pie blaugrana desactivaba la presión alta amarilla, por lo que esta se le volvía en contra a los amarillos. Los culés superaban esa primera línea a los insulares y por delante tenía la Llanura europea oriental. Circunstancia que se sumaba a la falta de consistencia en la construcción. “Creo que al principio abusamos mucho del balón en largo” afirmaba Kirian tras el choque. Se empezaba a barruntar un encuentro con gran riesgo de romperse pronto. El gol anulado a Raphinha, la mayor de las advertencias.

Igual ambas cuestiones, presión y construcción, podían estar unidas la pasada noche. El capitán de facto de los amarillos siempre ha comentado “si la pelota va rápido vuelve rápido” y en un regreso veloz ocurrió la expulsión de Valles a diez metros de la frontal tras una recuperación del Barça que se inició con un choque Gundogan con Loiodice diez metros dentro del campo rival.

Uno menos, gol anulado a Raphinha, debut del portero en Liga y a las primeras de cambio Lewandowski falla un cabezazo solo en la frontal del área pequeña. La noche se oscurecía. Tocaba sufrir. “El plan de partido tiene que cambiar”, comentaba García Pimienta. Y lo hizo. Tocaba abecé: “Nos hemos juntado mucho y evitado que el que un equipo como el Barça genere muchas ocasiones de gol”. La idea era sencilla, la práctica no tanto.

Así que los amarillos cambiaron la dinámica del partido. Con un mensaje claro. No estaba todo perdido. “Cuando tu rival juega tantos minutos con uno menos parece que vas a ganar el partido y la realidad no es ni mucho eso”, comentaba el técnico tras el empate la pasada campaña ante el Leganés con superioridad numérica durante gran parte del partido. Algo similar a lo que le pasaría ante el Andorra. Encuentros que los amarillos no fueron capaces de superar.

Sabía, por tanto, en base a su propia experiencia que a cada minuto que pasara era un minuto más de aproximación a la orilla y uno más que se le alejaba al rival. Algo que se notó en el intercambio dialéctico entre Carles Naval, delegado del FC Barcelona, y Kirian Rodríguez, cuando el primero tiró de ironía para reprochar el tiempo que se tomaba Escandell para sacar de portería de Escandell y el segundo respondía “Y más que va a tardar en sacar. Me encantaría tenerlo todo el rato, te lo juro. Si hay algo que nos gusta es tener el balón todo el rato”.

Sin embargo, la noche de los amarillos no estaba para rolex sino para setas. Y a setas es verdad que los amarillos apenas se asomaron a la puerta del Barça, pero es que tampoco lo hicieron de forma abrumadora los culés por la suya como parecía tras la roja. En los últimos quince minutos de la primera mitad, seis disparos. Dos en el siguiente cuarto de hora tras el paso por el vestuario, seis en toda la segunda parte. Bien es verdad que el segundo fue el gol de Raphinha tras una genial de João Félix. A pesar de ello, los grancanarios eran conocedores que una podrían tener y esa ocasión podría valer. Así que el 1-0 no cambió la nueva ruta de juego trazada.

Al final bien pudo llevarse un punto con el disparo final de Moleiro que se fue por un suspiro fuera, agradecido por la vida que les había dejado el propio João Félix con su disparo al larguero, debajo del larguero. “Hemos estado dentro del partido y por poquito casi sumamos un punto”, reflejó García Pimienta al término del partido. Aunque suene a poco, es un mundo comparado a lo que pasó en el Metropolitano.

El día que cambió la suerte de Las Palmas en esta temporada. Porque esta ha sido la señal de Las Palmas esta campaña, estar a una jugada en los últimos minutos de llevarse algo junto a lo que implica en el sentido competitivo de una escuadra que hace un año estaba entrando en un proceso de dudas en Segunda.

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