La segunda juventud de Saúl
El canterano adorna su gran noche con dos asistencias a medida, una a Griezmann y otra a Morata, y hace bueno el plan de Simeone. El 8 se hace fuerte como interior.
El contundente triunfo ante el Madrid tiene muchos padres en el Atlético. Tres centros medidos desde la banda izquierda, tres cabezazos y el derbi a la mochila. Puñetazo en la mesa del equipo, que venía de dos bandazos complicados, y de algunos futbolistas como Saúl. De esas tres asistencias, dos fueron del canterano. Dos toquecitos suaves al corazón del área, uno para Griezmann y otro para Morata. El ilicitano sonríe en el campo y advierte a todos de su regreso.
El tramo final de la pasada temporada ya fue suyo. Lecciones de centrocampista todoterreno, de llegador, de lanzador desde media distancia. Llegó el verano y, de nuevo, le tocó ponerse a la cola. Incluso en el escaparate. Cuando se habla de salidas en el Atlético, siempre aparece su nombre entre los candidatos. Incluso desde Arabia le tantearon con suculentas ofertas. “Yo me quiero quedar en el Atlético”, contestó. Y ya le ha dicho a Simeone que está disponible para lo que haga falta. La batalla del centro del campo está muy abierta y Saúl, de nuevo con su dorsal 8, puja fuerte.
Interior y no carrilero
Contra el Madrid, en su partido 300 en Primera, no sólo sirvió dos regalos con lazo a sus compañeros, sino que despachó un notable 88% de acierto en el pase. Su mapa de calor le muestra moviéndose por todo el campo, como el Saúl de las grandes noches. Dando apoyos a Koke y combinando en el sector izquierdo con el capitán, Griezmann y Lino ante un Lucas desbordado. El plan del Cholo pasaba, en parte, por ahí: “El Madrid ha defendido en otros partidos muy alto y, saliendo sus laterales, había opciones detrás para nuestros interiores”, y por ahí se coló a menudo Saúl. “Era encontrar el segundo palo, donde más sufrían”, explicó el Cholo. El ilicitano lo aplicó en el 1-0 y en el 3-1.
Para fortuna de Saúl, además, ha desaparecido del casting de la banda izquierda. Al 8 no le gusta nada esa misión, al menos de forma recurrente, pero ahora que se ha ido Carrasco, el Cholo ha mirado a otros compañeros: Lino (claramente a más), Riquelme y Javi Galán. Saúl, como en los viejos tiempos, en un centrocampista. De área a área, de izquierda a derecha. El todocampista está volviendo. Y nada mejor que un derbi para pegar otro golpe en la mesa.