La relajación castiga al Betis con la igualada

Loren reclamó el protagonismo perdido con un relámpago lejanísimo. El trallazo inapelable le puso más dulzor a la vaselina de Juami. El Betis daba por finiquitado su primer triunfo de pretemporada, pero se relajó en exceso, fue demasiado blando y permitió que dos disparos secos y letales del Zaragoza agriaran la tarde a Pellegrini.

El quinto amistoso verdiblanco acabó fatal y no fue la cosa a mayores con la remontada completa porque el VAR está de vacaciones. El Zaragoza evitó la rendición, pese a los golpes recibidos. La vaselina de Juanmi fue puro bálsamo en un encuentro extraño, de numerosos altibajos. El Betis encontró el camino perdido del gol. Loren hizo el resto. Ilusiones perdidas por una bajada de brazos lamentable desde el minuto 80 y una zaga sin ninguna contundencia.

El Zaragoza, sin complejos, puso más intensidad y mordiente en el arranque. Sus ataques, empero, tenían metralla de fogueo, pese a las buenas maneras de Iván Azón, que agobió a Bartra en sus primeros minutos de pretemporada. El Zaragoza añoró calidad para asustar de verdad a Rui Silva, quien sí sintió verdadero peligro con un remate cercano de Francés.

En el último tramo del primer tiempo, tres minutos eléctricos sacaron del letargo al Betis, espeso hasta la desesperación durante media hora. Coincidió la interrupción para el refresco para que Pellegrini ideara unos ajustes y sus huestes retomaran el amistoso con nuevos bríos. Y más picante, mucha más.

Un robo de balón en la frontal del área habilitó a Canales. El portero zaragocista, raudo tras la sorpresa, tapó todo lo que pudo a la desesperada, pero el cántabro sorteó la salida. La reacción de Francés evitó el gol, que adquirió la categoría de fantasma.

Se animó Rodri con un zurdazo que repelió Cristian Álvarez. Y el guardameta haría de estatua en el siguiente misil al poste de Aitor Ruibal, remedio en el lateral derecho con las bajas de Martín Montoya y Sabaly. Las buenas sensaciones finales del Betis tuvieron continuidad en la reanudación.

Juanmi insistió hasta abrir la veda. El Zaragoza se desinfló con la segunda andanada, pero no sacó la bandera blanca . El aluvión de relevos le dio aire. Acortó distancias Petrovic. Parecía el gol del honor de este histórico equipo en penumbras desde hace una década. Giuliano, con su primer gol como zaragocista, remató la faena para el incansable grupo de Carcedo, lugarteniente durante años de Unai Emery. A Pellegrini le toca repasar el vídeo y añadir notas a esta preparación estival de auténtica sequía de triunfos. La igualada amarga se suma a las dos derrotas y el par de empates precedentes.