La ‘regla del 4’ tortura a Xavi
Cada partido determinante para el futuro del equipo ha acabado con cuatro goles en contra.
A pesar de que Xavi siga diciendo que su equipo progresa, los números desmienten el optimismo del entrenador. Xavi busca excusas después de cada partido decisivo que se pierde, pero estas quedan eclipsadas por la fuerza del marcador final. Un tanteador que castiga recurrentemente al equipo blaugrana, que cuenta sus días decisivos por goleadas.
El Barça se despidió de LaLiga, y quién sabe si del segundo puesto, tras caer en Girona por 4-2, idéntico resultado que los de Míchel le endosaron al Barcelona en Montjuïc el 20 de diciembre, en un día en el que ya se empezó a ver que el club blaugrana iba desnudo.
Llegó enero y Xavi puso sus esperanzas en repetir el éxito de la temporada pasada en la Supercopa de Arabia en la final ante el Real Madrid. Ese partido cambió la mentalidad del Barcelona que acabaría ganando el campeonato. Pero esta vez las cosas no salieron como esperaba el técnico y el Barcelona fue aplastado por el Real Madrid por 4-1 el 14 de enero. Segundo póker que encajaba el Barça de Xavi en un partido decisivo.
Diez días después, el 24 de enero, el Barcelona tiraba por la borda la segunda opción de ganar un título. En este caso la opción de ganar la Copa del Rey tras perder en San Mamés por 4-2. Otra vez cuatro goles en contra en una jornada determinante. LaLiga se empezó a escapar con el 2-4 del Girona en Montjuïc, la Supercopa se perdió cayendo por 4-1 en la final ante el Madrid y el Athletic Club echó al Barça de la Copa por 4-2. Quedaba la Champions y opciones remotas para LaLiga.
En la Champions el PSG cumplió la maldición y asfaltó al Barcelona en Montjuïc en un partido que acabó 1-4. Ese encuentro se jugó con Xavi dimitido en diferido después de que el Villarreal le metiera cinco goles en otro día nefasto. Tras esa goleada contra el PSG, en contra de toda lógica, Xavi empezó a cavilar dar marcha atrás en su decisión de irse.
Y la puntilla llegó el sábado pasado en Montilivi, donde el Girona, de nuevo volvió a pasar por encima del Barcelona ganando por 4-2 un partido histórico para los de Míchel, que certificaban así su clasificación para la próxima edición de la Champions League al tiempo que arrebataba la segunda plaza al Barcelona y gracias a ese resultado el Real Madrid se proclamaba campeón de Liga. A Xavi no le sientan bien los pókers.
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