La redención perfecta de Ramos
El defensa camero hizo de jefe en la defensa, salvó un gol de triunfo y saludó a los Biris, el último reducto del Sevilla que todavía recelaba de su regreso.
“Ya me puedo morir tranquilo”, declaraba Sergio Ramos casi entre lágrimas tras una batalla ante Las Palmas, el prólogo de su regreso al Sevilla, que acabó en el primer y vital triunfo nervionense en esta Liga. La victoria permite a Mendilibar y los suyos, a falta de que el Granada juegue ante el Girona, salir de los puestos de descenso. Y el sevillismo respiró sonriente y aliviado, convencido también de que el fichaje del camero ha traído algo más que furor mediático y un buen estado de ánimo: con su fichaje, y aunque la zaga blanquirroja volvió a sufrir en exceso, la portería quedó a cero por primera vez en varios meses.
Porque han pasado pocos días desde que desembarcó de nuevo en el vestuario del Sánchez-Pizjuán, pero Ramos ya ejerce sin tapujos como ‘jefe’ de la defensa. “Lleva la voz cantante”, confirmó luego Mendilibar en sala de Prensa sobre el exjugador de Real Madrid y PSG, que no paró en todo el encuentro de dar instrucciones a sus compañeros y que además intercedió ante el colegiado Martínez Munuera, con la diplomacia y ese halo de superestrella que le dan su camión de títulos y sus 37 años de experiencia. No pocos sevillistas piensan que, sin Sergio sobre el campo, a Munuera le habrían ‘tentado’ alguno de los amagos de penalti que existieron en el área defendida por Dmitrovic.
Para coronar un estreno soñado, el camero salvó bajo palos un tiro de Kaba que habría supuesto entonces el 0-1 para Las Palmas, bien entrado ya el segundo tiempo. Ante las sospechas de haberle dado con el brazo, el camero se señaló insistentemente el hombro. Las imágenes de TV parecen confirmar ese punto, aunque de manera difusa. Hasta en eso le salió bien el reestreno al nuevo 4 sevillista.
Los Biris, que emitieron un comunicado de rechazo nada más conocer el regreso del hijo pródigo, habían saludado su vuelta al Pizjuán con un tifo de contenido ‘misterioso’: “Historia, valores y tradición”. La facción más ultra se mostró reacia a ovacionar a Sergio cuando su nombre apareció en el videomarcador, algo que sí hizo prácticamente el resto del estadio. Los Biris sí celebraron con vítores esa jugada en la que el defensa sacó el balón de la línea, que además había sucedido en la portería del Gol Norte, donde se alojan los más fieros seguidores del Sevilla. El caso es que, nada más terminar el partido, Ramos acudió junto a sus compañeros a esa grada, para saludar a los más paganos. Parece que el gesto fue devuelto. ¿Será el comienzo de una nueva y buena relación?