La primera vez de Azpilicueta a los 36 años
El central navarro marcó su primer gol en España el pasado fin de semana en Cornellà, un premio a la constancia y el trabajo de un líder intachable.
El suyo fue un golazo que, además, puso feliz mucha gente. Y no solo rojiblanca. Porque ese gol de Azpilicueta (Zizur Mayor, 1989) el fin de semana pasado era especial no solo por la factura (un voleón desde la frontal por la escuadra) como por lo que significaba: el primero en la Liga española del central navarro. A sus 36 años. Tenía 17 cuando debutó con el primer equipo de Osasuna y 21 cuando hizo las maletas a la Ligue 1 (Marsella) y 23 cuando llegó a la Premier y al Chelsea, donde jugó 11 años, llegando a ser capitán. En Francia había hecho dos goles, en Inglaterra 17, pero en España solo había repartido asistencias (tres en Osasuna y dos en el Atleti). El gol de Cornellà es el premio a la constancia y al trabajo, a un líder silencio pero tan imprescindible en un vestuario.
Porque Azpilicueta llegó al Atlético con 33 años, cuando finalizó su etapa en el Chelsea, pero llegó para sumar. Viejo objeto de deseo de Simeone, que le pidió en varias ocasiones y veranos, esa operación se pudo cristalizar al fin en el verano de 2023. Desde que puso un pie en el vestuario rojiblanco, el navarro se hizo notar. Es una de esas personas que, cuando habla, siempre se las escucha. Criterio, educación y carácter. Un ejemplo. Y fútbol. Simeone siempre ha sido su gran valedor. Esta temporada, de hecho, sin un dueño en el lateral zurdo, en los últimos partidos el técnico se ha decantado por Azpilicueta. Ese gol fue un premio también a la confianza del entrenador en su jugador.
“César es extraordinario, es un entrenador dentro del grupo. Es jugador, pero con la capacidad de ver muy bien las cosas del equipo y del grupo. La verdad es que siento una grandísima alegría de haber compartido con él este tiempo porque nos ha ayudado a mejorar como staff”, declaraba el técnico en sala de prensa hace unos días con un llamativo pretérito perfecto (“nos ha ayudado”) marcado por la situación contractual. A partir de los 30, el club rojiblanco renueva a sus futbolistas de año en año. Azpilicueta, llegado hace dos, tenía una renovación automática a partir de un número de partidos, una cifra que no peligró a pesar de sufrir una lesión la 23-24 de varias semanas que pudo complicar alcanzarla. Pero tanto su entrenador como los directivos rojiblancos le tranquilizaron: iba a continuar. Y así fue, de hecho. Y todos contentos. La situación es distinta esta temporada. Ya no hay cláusula de partidos y jugadores con esa edad, Witsel también por ejemplo, están llamados a salir. La huella que deja Azpilicueta es de las grandes.
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“¿Azpilicueta? Es importante, lo necesitamos. Compite y lo hará siempre dando el máximo, se ve en su ímpetu y sus ganas de ayudar. Necesitamos hombres, jugadores importantes que respondan a lo que el juego necesita”, declaraba en agosto de 2023. Siempre ponderando que el navarro es uno de los grandes líderes, y ejemplos, de su vestuario. Un hombre tranquilo, familiar, que en las concentraciones pasa su tiempo libre con un libro en la mano, que escucha, que aconseja a los jóvenes... Un regalo. En su etapa en el Chelsea era habitual verle en las gradas de la ciudad deportiva viendo a los canteranos. Siempre intachable, buen tío. Esta temporada, en la que ha sufrido dos lesiones, ha jugado 908 minutos, el jugador número 20 de la plantilla, con solo Riquelme, Musso y Lemar por detrás, pero es el claro ejemplo de lo que siempre dice el Cholo: minutos de calidad. Y con un gol como el que marcó en Cornellà. Otro regalo. Y es que Azpilicueta no podía retirarse o terminar en el Atleti sin haber marcado un gol en España. Una maravillosa primera vez. A sus 36 años.
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