La pretemporada no acaba con la sequía goleadora
El Real Valladolid sólo ha anotado un gol en tres partidos y tampoco está consiguiendo originar muchas ocasiones ante rivales de nivel.
La actual no es una pretemporada al uso, pero estos periodos de preparación se suelen usar para mejorar cuestiones que no están atadas y refrendar otras que sí. Y una de las cuestiones que debe mejorar el Real Valladolid es el asunto de la creación de ocasiones y la efectividad de cara a la portería. En los primeros 14 partidos de la Liga, los pucelanos marcaron 13 goles, no llega a uno por encuentro, siendo el cuarto por la cola que menos goles anota sólo por delante de dos equipos en descenso (Cádiz, 9, y Elche, 10) y del Getafe, con 12, mientras que Mallorca y Sevilla han anotado los mismos tantos que los pucelanos, que son un equipo recién ascendido.
Teniendo en cuenta que el Real Valladolid es el décimo que más tira, con 130 disparos, el dato de la efectividad no es muy alentador. Cada 10 tiros, los pucelanos marcan un gol. Demasiado poco. Y es que esos tiros, menos de la mitad, 62 son entre los tres palos, siendo Sergio León el que más acertado ha estado hasta ahora con cinco goles, aunque los marcó en tres partidos. Además, el equipo no termina de originar demasiado peligro, sobre todo, en los partidos a domicilio.
Las dos cuestiones están siendo trabajadas en esta pretemporada (las llegadas y los goles), pero, hasta ahora, sin demasiada fortuna. Las llegadas son muy contadas, al equipo le está costando llegar a la portería contraria. Por dentro falta precisión, sólo Óscar Plano está brillando en este aspecto, y por fuera la producción es escasa, los laterales no llegan a la línea de fondo. Y eso que el único gol que los vallisoletanos han anotado en estos tres partidos de preparación, el de Arroyo en Palencia, vino de un centro desde la derecha de Lucas Rosa.
El tanto del canterano ante el Getafe llegó en el minuto 27 del primero de los duelos de los pucelanos por lo que el Real Valladolid acumula 243 minutos sin marcar ya que ni ante el Athletic, ni ante el Lille, los vallisoletanos perforaron la portería contraria. Y alguna ocasión tuvieron, como la de Guardiola ante los franceses que rechazó el meta contrario, pero la fluidez para originar ocasiones no es la misma, obviamente, que tenía el equipo la temporada pasada cuando terminó siendo el equipo más goleador de Segunda.
La insistencia de Pacheta en una formación 4-3-3 que, por momentos, parece un 4-5-1 hace que el delantero, tanto en Liga, como en pretemporada se vea demasiado solo, como una isla y tampoco jugando con dos puntas los vallisoletanos han sido capaces de generar mucho más peligro por la falta de precisión por dentro y de profundidad por fuera. Aún quedan esta semana dos encuentros amistosos, mañana ante el Clermont y el viernes ante el Crystal Palace para mejorar estos aspectos y llegar a los partidos del día 21, en Copa, frente al Arenas de Getxo, y el 30, en Liga, ante el Real Madrid, en plenas condiciones. Después de todo, el Real Valladolid está de pretemporada.