La pregunta más repetida a Kiat Lim: “¿Por qué no se van?”

Con un auricular pegado a su oreja izquierda con el que escuchar las traducciones en inglés de las intervenciones en castellano y con la mano derecha en constante movimiento, bien dándole vueltas a un boli bien tecleando en su teléfono móvil. Así pasó Kiat Lim las casi dos horas de reproches, críticas y preguntas que le hicieron los accionistas del Valencia presentes en la Junta de Accionistas. Y una pregunta, más bien una petición, se repitió en prácticamente cada discurso de los aficionados presentes: “¿Por qué no se van?”.

“Por todo el daño que nos han hecho, deben marcharse para no volver más, porque para ustedes esto es solo una empresa, pero para nosotros esto es un sentimiento familiar”, expuso entre sollozos la accionista Pilar Avilés. “Son diez años de mentiras, de destruir un club”, apostilló David Ávila. “El desapego es el resultado de vuestra gestión”, indicó Carlos Pavía. “Aquí hay tres consejeros que se duermen y no saben si Kempes es un jugador o un modelo de coches”, criticó Luis Santiago Martí.

“Aquí hay una afición que no les quiere, ¿por qué se empeñan en seguir? Su padre lleva seis años sin venir, usted tiene que venir ocultándose hasta última hora, ¿por qué siguen?”, recalcó Héctor Gómez. “Si aquí no les quieren, ¿Qué hacen aquí? ¿Qué es lo que sacan del club que les compensa estar aquí humillando a toda una ciudad y a una afición?“, sentenció José Antonio Pérez.

Del presupuesto de 99 millones y del beneficio de 2,2 millones con el que se cerró el ejercicio pasado apenas se habló. O desde luego la mayoría de accionistas se centraron en otras críticas. En general las pocas inquietudes económicas de los accionistas versaron en saber qué papel va a tener en la toma de decisiones Goldman Sachs tras el acuerdo para la financiación necesaria para la construcción del Nou Mestalla. “Pagaremos entre dos y tres veces el valor del estadio y con una carga de intereses anuales tremenda, que hace que el Valencia no sea sostenible”, denunció Dionisio Canales.

La reacción de Kiat Lim

Este último accionista agitó el guion por el que transcurría la Junta cuando le pidió a Kiat Lim que dijera la alineación del Valencia en el partido contra el Sporting. Ahí la sala le aplaudió la petición y Kiat Lim tomó la palabra, aunque no para decir un once sino para hacer una reflexión más profunda: “Si les digo lo que pienso, lo ven como una falta de respeto. Si les digo lo que no quieren escuchar, me llamarían mentiroso”.

“Todo lo que digamos va a estar mal. Su frustración es comprensible y por eso estoy aquí, queremos lo mismo. Cometemos errores y por eso estamos aquí. Podéis sacudir la cabeza todo lo que queráis. Habéis hecho preguntas y todo lo que yo diga se va a calificar de mentira. ¿Por qué seguimos aquí? Decís que somos irrespetuosos, pero yo he permitido que vengan todos a esta Junta. ¿Podéis probar todo lo que decís? No tiene sentido argumentar”.

No busco el aplauso ni me importa que me insulten. Hago mi trabajo y creo que hago lo que tengo que hacer"

Kiat Lim

Kiat Lim se enrocó durante el turno de respuestas en un careo con los accionistas, que consideraban que por su forma de hablar “usted no ha entendido nada”. Ello se produjo cuando Kiat Lim dijo: “Yo no hago las cosas para que me aplaudan, estoy aquí como persona y os puedo hablar adecuadamente si os dirigís así también a mí. Gritar no es la manera de tener una conversación productiva, no conmigo sino con nadie. Tenéis derecho a llamarme mentiroso, a criticar a mi familia, pero esto no va a ser positivo para mantener una conversación (...) No busco el aplauso ni me importa que me insulten. Hago mi trabajo y creo que hago lo que tengo que hacer con todo el equipo. Estamos tratando de adoptar y recoger vuestras opiniones, pero no me tomo nada de esto de forma personal”.

“Estoy de acuerdo con ustedes, los resultados están siendo malos y entiendo que todo el mundo esté frustrado. Pero dicho, esto, que nadie piense que no nos afecta, por supuesto nos afecta. Mirando al futuro, creo que requerimos algo mucho más estructurado de abajo a arriba. Buscamos algo más sostenible que cambiar cada año de entrenador o de una ventaja de fichajes para que se consolide el proyecto deportivo, queremos cimientos fuertes y sostenibilidad. Solo pensar en la próxima ventana de fichajes no es suficiente. Este modelo tiene que ser sostenible y buscar más fortaleza”.

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