LAS PALMAS
La posesión más estéril de Las Palmas
Se hizo claramente con la pelota ante Mallorca y Valencia pero acabó seca ante la portería rival: apenas tres disparos sumando los dos partidos.
Por más fichajes que lleguen, 10 de momento, mantiene Las Palmas, también en Primera División, una filosofía de juego que insiste en hacerse fuerte, o al menos intentarlo, a través de la posesión del balón. Así le fue bien en Segunda División, ascenso indiscutible el suyo, y en ello busca apoyarse para salvarse en la categoría reina del fútbol español. De momento, sin suerte.
Tener un punto de seis posibles no parece motivo de preocupación extrema para un equipo como Las Palmas, pero la forma de gestionar ese estilo de juego basado en la posesión y la posición que tanto gusta en esta tierra y a su entrenador, criado en el Barcelona, se muestra de momento como deficiente.
Ocurre que, en sus dos primeros partidos, la hueste de García Pimienta dominó holgadamente la posesión del balón. Ante Mallorca y Valencia, Las Palmas acumuló, respectivamente, el 69.04% y el 61.54% de tiempo estéril con el esférico. Conscientes de los problemas de la UD a la hora de generar superioridades, leit motiv del juego de posición, acaso excesivamente horizontal el despliegue ofensivo grancanario, tanto Aguirre como Baraja ordenaron a sus futbolistas una defensa baja que tampoco es que pasara excesivos apuros ante candidez grancanaria con la pelota en campo contrario.
Un ejemplo palmario de la placidez de la tarea defensiva del Valencia el pasado viernes llegó cuando Pejiño, en el descuento del segundo tiempo, realizó el único disparo de Las Palmas directo a la portería contraria, un chut que además no le generó ningún problema a Mamardashvili. Tampoco es que el Mallorca, en el debut liguero (0-0) pasara muchos más apuros, pues apenas se registraron dos disparos de la Unión Deportiva entre los tres palos defendidos por Rajkovic: uno de Sandro y otro Viera, el del penalti que se tradujo en el gol grancanario.
Partidos calcados.
Ni que hubieran sido dos partidos calcados (casi, pues los dos goles recibidos por Las Palmas han sido de penalti), el equipo grancanario generó casi los mismos pases en el primer partido que en el segundo: 604 y 605, buenos la inmensa mayoría (521 y 522), tantos como para tener los respectivos porcentajes del 86,26% y 86.28%. Mucho más le dejó jugar el Mallorca, duelo que reflejó una estadística de 297 pases en campo propio, 93,27% buenos, y 307 más allá del centro del campo, 79,48 buenos. Ante el Valencia, 365 (92,6%) y 240 (76,67%).
En cualquier caso, la indiscutible estadística refleja una ausencia de verticalidad que ha lastrado sobremanera a Las Palmas. El 4-3-3 continúa siendo la base, mas la opción de Jonathan Viera como vértice el tridente más ofensivo no ofrece de momento dividendos por más que su presencia allí pudiera alimentar las diagonales de Sandro, Munir o Marc Cardona. Futbolista diferencial cuanto más cerca esté del meollo, ejercer como falso delantero centro le quita a su equipo la creatividad necesaria para que la pelota le llegue a los delanteros en las mejores condiciones posibles. La llegada de Sory Kaba puede suponer un cambio de planes. Ante la Real Sociedad, el viernes y a las 18.30 hora canaria, se conocerá la respuesta.