La plantilla intentó convencer a Kroos para que no se fuera
Carvajal reconoció en un evento que, horas antes de conocerse su decisión, el vestuario intentó convencer al alemán de que siguiera en activo.
Toni Kroos es el hombre de los 33.000 pases. Y, sobre todo, un cartero de confianza que garantiza que sus envíos llegan a su destinatario con una fiabilidad incapaz de alcanzar por ningún otro futbolista del mundo. El anuncio del adiós del alemán, difundido el martes, cayó como un jarro de agua fría entre el madridismo y los aficionados al fútbol en general. También en el vestuario blanco, que conoció la decisión del germano unas horas antes de que fuera pública, sin margen de tiempo para tratar de convencer a Toni de que recapacitara su decisión.
“Lo intentamos, lo intentamos. Pero es complicado”. Era uno de los principales destinatarios de sus pases, Dani Carvajal, quien, con estas palabras, fue el primer jugador del Madrid en dar la cara después de conocerse la retirada de Kroos. Todos sus compañeros se volcaron en mensajes de ánimo y agradecimiento por los años compartidos y disfrutados. Pero el lateral fue el primero en responder a las preguntas de los medios en un torneo benéfico de golf al que acudió horas después del anuncio del adiós del alemán. Y allí, claro, le preguntaron por el que era el tema del día.
Carvajal reconocía que se enteraron de la decisión de Kroos les sorprendió en el entrenamiento de recuperación que preparó Ancelotti después del partido contra el Villarreal. “Ayer [por el lunes], ya sabíamos un poco que no iba a seguir. No sabíamos que iba a sacar hoy el comunicado”. Y había poco que hacer para revertirlo. “Sabemos cómo es él, su mentalidad, cómo es de firme con sus decisiones”.
“Estamos tristes porque podamos disfrutarlo sólo dos partidos más con el Real Madrid. Respetamos su decisión”, decía Carvajal. “Al final él es el que elige cómo, cuándo y dónde y tenemos que apoyarle y estar contentos por él. Y el sábado, en casa, a hacerle una gran fiesta, que se lo merece”, remataba el de Leganés.
El vestuario intentó persuadirle, pero sus plegarias cayeron en saco roto. Como uno de esos raros balones que salían de las botas de Kroos y no encontraba quién lo recogiera. Lo que sí recogerá el alemán este sábado será el cariño de un Bernabéu que durante la última década ha asistido a cada partido con la confianza de ver una y otra vez la precisión en el pase que atesora Toni.
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