La peña L’Alacantí se disuelve por las medidas del Atleti tras el derbi
La agrupación, la segunda más numerosa del club, anuncia que se liquida al sentir que el cierre de la grada baja del fondo sur ante el Leganés ha sido “agravado interna y unilateralmente” por el Atlético con “la prohibición de adquirir” entradas de visitante.
“Hoy es un día duro para nosotros”, José Moreno, presidente de la peña L’Alacantí, le descuelga el teléfono a AS con esa frase. Este lunes 21 de octubre de 2024 en el que la agrupación ha anunciado que se disolverá al término de la 24-25, a través de su cuenta en Twitter, tras la decisión del club de prohibir la venta de entradas a los socios con abono en la grada de animación para los próximo cinco partidos a domicilio tras los incidentes registrados en el último derbi ante el Madrid, en el que un grupúsculo de hinchas de los 5.000 que tienen su asiento en ese lugar arrojaran objetos, en su mayoría mecheros, sobre Courtois. “Hay líneas y valores y principios que no se puede permitir cruzar y, en este caso, es sentir que mi propio club me castiga”, aduce Moreno. “Yo tengo mi abono en la grada de animación porque cada año he ido cambiando de sitio, para poder ver el fútbol desde distintos lugares. Ahora está ahí, pero yo ni siquiera estuve en el derbi porque eran las fiestas patronales aquí”, explica.
Varias consecuencias ha tenido lo que ocurrió en aquel partido del 29 de septiembre en el Metropolitano que el árbitro detuvo durante 20 minutos por ese lanzamiento de mecheros sobre el portero del Real Madrid. Una de ellas sido la expulsión por parte del club de seis implicados, identificados ya, por su participación directa en los incidentes. Otra, el cierre de esa grada este fin de semana, en el Atlético-Leganés, impuesto por Apelación que lo rebajó a uno aunque Competición hubiese decretado en principio tres (”algo que entiendo y respeto, ahí el Atleti no puede hacer nada, es una sanción impuesta”, esgrime José Moreno, a pesar de que su peña hacía dos meses que había alquilado dos autobuses para el desplazamiento Alicante-Madrid, 416 kilómetros, por 1.800 euros, para este partido que era el Día de las Peñas del club; “los utilicé igual porque había jubilados de la peña que tenían su abono en otras partes del campo y vinimos a Madrid, pero yo, como no podía entrar, me quedé esperando en el parking a que terminase, y a volver a Alicante”). Y la que “más escuece”: esa prohibición de negarle las entradas a los socios con su asiento en la grada de animación para los partidos de Betis, Vic, PSG, Mallorca y Sparta Praga. “Esta es una sanción que nadie parece que le pide al club y que nadie esperaba. Cuando ya hay vuelos, viajes contratados, días pedidos en el trabajo... Eso nos hace plantearnos, ¿para qué?”, añade. Y la respuesta a esa pregunta al aire ha sido palpable: cortar la cinta. “Disolvemos la peña, la sede y que cada uno siga de manera individual”, declara.
“Estos colores son lo que más quiero en mi vida y siempre hemos tratado de sembrar Atleti en cada una de las cosas que hemos hecho con la L’Alacantí”, precisa. Creada hace nueve años, su crecimiento ha sido imparable, colocándose en este tiempo como la segunda peña oficial del club por número de socios (491), con muchas iniciativas y labores sociales de tocar el corazón. El homenaje a Eva Escudero. La maqueta gigante réplica del Calderón. O ese requisito para ser miembro de la peña: ser socio obligado del club también. “Tenemos socios por todo el mundo, incluso un chico ruso al que le pagamos el abono porque el dinero en su país está bloqueado”, revela. “Por supuesto que condenamos a los violentos, pero no podemos meter en el mismo saco a toda la afición del Atlético y decir que toda es nazi, insulta o es ultra”, dice Moreno. O a todos los que se sientan en esa grada, solo por tener el abono ahí.
Unas palabras en consonancia con las que el consejero delegado del Atlético, Miguel Ángel Gil, iniciaba una carta publicada el 15 de octubre en la que pedía ayuda contra los ultras y lamentaba el doble enjuiciamiento al Atlético: “Una pequeña minoría que no representa ni al aficionado del Atlético de Madrid ni a los valores del club”. Esos seis identificados y expulsados para siempre del club y su campo. Los que manchan a los demás. De hecho, antes de tomar la decisión de prohibir la venta a todos los abonados con asiento en la grada baja del fondo sur para los próximos cinco partidos a domicilio, el club le pidió ayuda a la Policía para que no pagasen todos por unos pocos y no ser injusto con esta medida: entregarle una lista con los nombres de todos aquellos que habían solicitado entradas para esos partidos para que esta señalara a los potencialmente peligrosos e impedirles viajar solamente a ellos. La respuesta que recibieron fue el silencio, ninguna. De ahí la decisión tomada. Aunque sea terriblemente injusta. Y acarree consecuencias como la disolución de una de las peñas más queridas, y con más socios, del club. En Europa ya está advertido por la UEFA después de los saludos nazis de un grupo de aficionados en Lisboa, en el partido ante el Benfica de Da Luz, con una multa de 30.000 euros y un aviso sobrevolando: si se produce un hecho igual o similar, ninguno de sus aficionados podrá viajar. Habrá sanción. Todas las entradas como visitante prohibidas para el Atlético.
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