La peligrosa arma del último tren
José Ramón Sandoval dijo tras el duelo en Cádiz que el partido ante el Valencia es el último tren del Granada para salvarse, pero ¿y si se pierde?.
La realidad ahoga a la ilusión. La clasificación despierta de un sueño que lleva ya demasiado tiempo siendo una utopía. Con dos meses aún de competición por delante, se ha va a hacer muy largo el final de temporada, sobre todo, si la esperanza ya está totalmente perdida. Ya lo advirtió Boyé tras el duelo ante el Cádiz “la salvación está prácticamente imposible” y la realidad le da la razón al argentino.
José Ramón Sandoval dejó un mensaje claro en el Nuevo Mirandilla: “Ante el Valencia es la última bala, el último tren”. Una frase para motivar, para llevar la mente de sus jugadores a un estado de finalísima y tratar que la afición sea ese jugador número doce que ha sido durante toda la temporada. Un mensaje para intentar unir y que Los Cármenes sea una olla a presión en contra de los valencianos, no un escarnio público a jugadores, cuerpo técnico y, sobre todo, palco.
Sin embargo, es un mensaje muy peligroso. Porque, ¿y si contra el Valencia se pierde? ¿qué ilusión quedaría en el vestuario y la grada? La realidad aplastaría cualquier resquicio de esperanza, más tras el contundente mensaje del técnico. Y aún con dos meses de competición por delante que se convertirían en una penitencia para los futbolistas y, sobre todo, los aficionados, sin ninguna razón para acudir al estadio o animar a un equipo en la UVI.
La única motivación que quedaría sería no terminar la temporada colista y como la peor campaña de la entidad. De momento, los números encaminan a ello y del acierto o no del Almería dependería que los nazaríes, sin ya ninguna opción real, que no matemática, de salvación acaben los últimos de la clasificación. Un mal más vista la temporada de los rojiblancos. El Granada sólo ha sido una jornada colista, la segunda, pero lleva desde la quinta jornada en descenso. Es decir, prácticamente toda la temporada y, en lugar de acercarse a la salvación, cada día está más lejos. Ya son trece puntos con 27 en juego. No es imposible, pero sí utópico.
Dos meses de penitencia
Serían dos meses muy duros en la ciudad de la Alhambra, pero que deberían servir para armar un proyecto sólido y competitivo el año que viene el Segunda y así retornar a la máxima categoría cuanto antes. Esa pequeña ventaja con el resto es un consuelo pobre, pero consuelo.
Porque por delante habría aún ocho partidos por jugarse, cuatro de ellos en Los Cármenes. Aún tienen que visitar el coliseo del Zaidín Alavés, Osasuna, Real Madrid y Celta. Mientras tienen que visitar a Athletic, Sevilla, Rayo y Girona en la última jornada. Ocho duelos, dos meses en los que lo único que puede haber en juego es la dignidad. Porque pasa este último tren, ya nadie va a creer…
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