La parte mala del Espanyol

Ha ocurrido en las ocho jornadas celebradas, por lo que el dato deja de ser fortuito para convertirse en tendencia, un problema más que debe solucionar el Espanyol de Diego Martínez en su camino de abandonar la zona baja de la tabla y de crecer como equipo. Los blanquiazules nunca han terminado una primera mitad con ventaja en el marcador. Tres empates y cinco derrotas, la última ante el Cádiz (1-0), en unos primeros 45 minutos para olvidar como reconocieron los jugadores después del encuentro y también el entrenador.

En el Nuevo Mirandilla, las intenciones del Espanyol, unidas a su falta de agresividad a diferencia de otros encuentros, provocaron que la balanza se decantara totalmente para el equipo de Sergio González. Los gaditanos controlaron el juego y tuvieron varias aproximaciones con peligro, como la que supuso el 1-0 después del error de cálculo de Benjamin Lecomte. Otra vez les tocó remar a contracorriente a los discípulos del técnico gallego.

El Espanyol fue por detrás en el marcador en otras cuatro jornadas. En Vigo (1-0), Reale Arena (2-1), Sevilla (0-3) y Rayo Vallecano (0-1). Cada partido guarda su pequeña historia. Si bien ante el Celta y el Rayo los blanquiazules fueron superiores en muchos tramos y merecieron otra suerte (en Vigo se toparon con los postes y ante los madrileños perdieron la superioridad numérica), sus errores le condenaron gravemente ante el Sevilla y en San Sebastián, con Leandro Cabrera y Álvaro Fernández como protagonistas. De esas derrotas solamente logró sumar un punto en Balaídos.

Ante Athletic Club, Real Madrid y Valencia se llegó al descanso con empate, y al final del partido los pericos ganaron en San Mamés, empataron frente al Valencia en el tramo último del encuentro y perdieron también al final frente al Real Madrid. Si las primeras partes condenan a los blanquiazules, también la última parte de cada partido. A partir del minuto 85, el Espanyol ha recibido tres tantos y ha perdido tres puntos, mientras que solamente en San Mamés fue capaz de llevarlos puntos en los compases definitivos del encuentro.

De hecho, los pericos solamente han marcado dos goles en los primeros 45 minutos donde pese a su presión en campo rival no ha tenido el acierto necesario para adelantarse en el marcador. Eso no ha ocurrido en toda la temporada, un lastre que condiciona los partidos de un Espanyol capaz de reaccionar pero sin los recursos para quitarse todo el peso inicial de encima.