La paradoja del Sevilla: último en LaLiga y ‘grande’ de Europa

Vela armas el Sevilla para lo que se ha convertido ya en casi una ‘final’ de septiembre, la visita liguera de Las Palmas. Con cero puntos en tres partidos (se suspendió el que debía jugar ante el Atlético), el club de Nervión se convierte en el único que no ha puntuado todavía y por eso sufre los rigores de una última posición en la tabla que hacen recordar e incluso empeoran el sufrimiento doméstico de la pasada campaña, cuando una serie de pésimos resultados se llevaron por delante a Julen Lopetegui.

Colista insospechado, los males en casa contrastan con la grandeza europea: tras ganar su séptima Europa League hace algo más de tres meses, el Sevilla ha vuelto a situarse entre los 10 primeros equipos del ránking UEFA, nada más y nada menos. El 10º de una primera tanda de clubes entre los que sólo hay otro español, el Real Madrid (3º), lo que provoca que los nervionenses adelanten a dos históricos españoles venidos últimamente a menos. El Atlético ni siquiera se clasificó para la segunda competición europea la pasada campaña, al quedar 4º en su grupo, y el Barcelona, 3º (como el mismo Sevilla, resultó eliminado por el Manchester United en el playoff.

Unos red devils que pasarían por el rodillo sevillista, igual que la Juventus. La Vecchia Signora, que no participará esta campaña en competiciones europeas, ha caído por cierto hasta la 12º posición UEFA. A 10 años, ránking que permite administrar buena parte de los ingresos de Champions, la Juve sí que supera al Sevilla. El hecho de que los bianconeri, el Chelsea y el Liverpool no se hayan clasificado para esta fase de grupos permitirá que en el Sánchez-Pizjuán cobren casi 30 millones de euros por este concepto del coeficiente, más que nunca en su historia. Los más de 15 millones de partida fija y el market pool permiten que, de salida, el Sevilla supere los 50 millones de euros de recaudación continental sin que ni siquiera haya comenzado a rodar el balón de las estrellas.

Y es en este punto donde aparece otra tremenda paradoja. Tras cuatro años consecutivos clasificándose para la Champions, los nervionenses volverán a dar pérdidas para agrandar de esta forma una deuda que preocupa. Sueldos desorbitados en algunos casos y fichajes de resultado desastroso (Rony Lopes o Idrissi, por ejemplo) tienen las cuentas sevillistas mucho peor de lo que los éxitos deportivos deberían indicar. Impropio de un club que volvió a aparecer entre los cabezas de serie en la competición más glamurosa y lucrativa del Mundo, pero que en LaLiga se ve obligado a salir del abismo.