La noche que Luis García sacó de quicio al Atlético
El hoy entrenador del Espanyol, que había abierto el marcador en el Calderón, arañó tiempo para asegurar la victoria, lo que desató la furia de Quique Sánchez Flores y Agüero.
Será su primera vez como entrenador, pero Luis García sabe de sobra lo que es ganarle al Atlético. E incluso minarle la moral. Ambos factores se unieron la noche del 27 de noviembre de 2010, cuando el entonces delantero del Espanyol abrió el marcador, en el Vicente Calderón, con un tanto de penalti. Y lo cerró Dani Osvaldo con un golazo. Entre medias, habían marcado Tiago Cardoso, Joan Verdú y Sergio Agüero. La cuestión es cómo supo gestionar el hoy técnico aquel 2-3.
En el añadido, Diego Godín propinaba una patada a Javi López, que se dolía junto a la línea de banda. Luis García, pillo, animó a su compañero a revolverse hacia el rectángulo de juego, para ganar algo de tiempo. Y se lió. Quique Sánchez Flores, preparador rojiblanco, montó en cólera y se lo recriminó con agresividad, por lo cual vio una tarjeta roja, mientras que el Kun aprovechaba para darle una patada por detrás, sin consecuencias.
Finalizado el tiempo reglamentario, y a pesar de estar expulsado, Quique volvió en busca de Luis, pero Carlos Kameni logró contenerlo. “Luis García se ha reído del Atlético”, comentó el entrenador colchonero en la rueda de prensa posterior. “Jamás me he reído de una entidad tan importante, ni de ningún otro equipo”, respondería el asturiano, que tres días después, y en vista del castigo de dos partidos que le cayó a Quique, calmó los ánimos.
“Me parece excesiva la sanción, fruto de la tensión del partido. A lo largo de su carrera, Sánchez Flores ha demostrado tener una educación exquisita. Un calentón lo puede tener cualquiera”, expresó Luis, quien semanas después, el 22 de diciembre, escenificaría su reconciliación con el técnico, con un abrazo en el lugar del ‘crimen’, ante los banquillos del Calderón, con motivo del Atlético-Espanyol de la Copa del Rey.