La noche en la que Las Palmas no se reprocha nada

Por ser, es también la Unión Deportiva Las Palmas de García Pimienta, un hijo de La Masia, un equipo cabezón. Que, esté donde esté, siempre juega a lo mismo. Lo mismo da que sea en Gran Canaria que en la montaña sagrada de Montjuïc, allí donde el Barça se aloja de manera temporal. Esta noche, la expulsión de Valles en el minuto 24 olía a peligro pero el equipo insular se empeñó en que no lo fuera tanto.

Anda pensando ahora Las Palmas que, por suerte, acaso también con mucho trabajo, en invierno fue más hormiga que cigarra y que, por mucho que lleve seis jornadas sin ganar, la permanencia está encaminada. “Creer”, decía Kirian en Movistar al final del partido. Su equipo creyó y, con uno menos, ni siquiera se rindió con el gol de Raphinha. De hecho, obligó al Barcelona a pedir la hora. Hizo todo lo que pudo y, por tanto, no está obligado a más. Reproches, este fin de semana, ninguno.

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