REAL MADRID 1 - BARCELONA 2
La Masia avisa al Madrid
Dos goles de Pau Víctor dan otro triunfo en el Clásico americano a un Barça más rodado y más intenso. El equipo blanco solo amenazó con Vinicius. Una tormenta interrumpió el duelo durante más de una hora.
Los clásicos transoceánicos suelen ser tormentosos. Metafórica y literalmente. Este de New Jersey lo pararon durante más de una hora la lluvia y los relámpagos al poco de comenzar. No es la primera vez que sucede. Estados Unidos quiere asegurarse siempre de que al fútbol no le parte un rayo. Pero al margen de accidentados, estos duelos vienen a ser una especie de ensayo abierto al público. Ni puntúan ni son orientativos, pero Madrid y Barça saben que el mundo está mirando. Eso hace que las derrotas no queden libres de impuestos ni sean totalmente indoloras. El equipo blanco las ha tomado por costumbre en estos clásicos veraniegos. Dos canteranos azulgranas, Álex Valle y Pau Víctor, dejaron en evidencia su punto de maduración actual, muy corto, mientras Endrick volvió a perderse en la niebla de otro partido gris de su equipo. Aún no le ha cogido la onda al Madrid.
RESUMEN
Barcelona: Ter Stegen (Iñaki Peña, 65’); Álex Valle (Héctor Fort, 65’), Christensen (Sergi Domínguez, 45’), Iñigo Martínez (Faye, 65’), Balde (Gerard Martín, 45’); Casadó (Darvich, 77’), Marc Bernal (Gündogan, 77’), Pablo Torre (Guille Fernández, 65’); Pau Víctor (Raphinha, 65’), Lewandowski (Vitor Roque, 77’), Unai Hernández (Quim Junyent, 45’).
Árbitro: Armando Villarreal. Amonestó a Bernal, Mario Martín, Jacobo Ramón y Héctor Fort.
Goles: 0-1, min. 42: Pau Víctor, a pase de Lewandowski. 0-2, min. 54: Pau Víctor, a pase de Álex Valle. 1-2, min. 82: Nico Paz, de cabeza.
Estadio: MetLife Stadium. 82.154 espectadores.
Dentro de la improvisación propia de las fechas, con futbolistas aún de vacaciones o recién llegados y alineaciones con más cabos que generales, el Madrid guardó un mayor parecido con su realidad. Al menos, diez de sus titulares tenían dorsal de la primera plantilla. En el Barça solo cinco, más Pablo Torre y Pau Víctor, ambos fronterizos. El resto lo completaba La Masia. En el Barça la cantera ha sido necesidad y virtud. Hay que mirar a la casa cuando falla la caja. En el Madrid, en cambio, ha supuesto en los últimos tiempos más fuente de ingresos que de satisfacciones. Solo Mario Martín estará ahí mientras cuelgan la toalla y sueltan las chanclas Tchouameni y Camavinga. En el curso probablemente no será alternativa sino mediocentro de primeros auxilios, pese a que mejoró mucho respecto al partido ante el Milan.
Flick no viene a esconderse. De Múnich se ha traído esa primera presión elevadísima que encoge el campo y la salida del rival y lleva a su zaga al medio campo. Es un fútbol de apuesta, que lo fía todo a la recuperación rápida. Mata o muere. Así se plantó ante el Madrid tradicional de Ancelotti, un equipo paciente, seguro de su defensa del área, consciente de que en todo partido le llegará su momento y no lo dejará escapar. Un sentido práctico del juego que frecuentemente da títulos.
Pablo Torre y Arda Güler
El cruce de estrategias arrojó un dominio inicial del Barça, resumido en un cabezazo de Pau Víctor a la salida de un córner que salvó Courtois, portero al que es difícil adivinarle cuándo anda de pretemporada y cuándo va en serio. Aquello sucedió antes de que el árbitro mandara a los jugadores al vestuario (minuto 12) ante el riesgo de tormenta eléctrica. Cuando empezó a jarrear todos estaban ya a resguardo. Hora y cuarto duró el paréntesis, tiempo suficiente para que se encharcara el césped y cambiara el viento.
El Barça, con un Pablo Torre muy emprendedor, quiso retomar el asunto donde lo había dejado: amplia posesión, buena circulación, poca llegada. Pero el Madrid, más corto de preparación, ya era otro, empezaba a construir desde el toque. Y tuvo consecuencias. A Güler le anularon un gol por fuera de juego microscópico (estupendo su control previo al remate) y Brahim probó a Ter Stegen de lejos, ayudado por el piso deslizante. Para entonces el turco ya era el jefe del Madrid. Los últimos partidos del año pasado y la Eurocopa le han cambiado el estatus. También la mirada de Ancelotti. Pinta que jugará mucho este curso. A su altura estuvo Modric, renovado por su presente y no por su glorioso pasado.
En esos momentos de mejoría blanca marcó el Barça, un clásico de los clásicos. Álex Valle mandó un centro fabuloso que Lewandowski, a dos metros de puerta, remató tan mal que dejó atónitos a los defensas blancos y a puerta vacía a Pau Víctor, que empujó el balón de cabeza a la red. Uno de esos goles derechos escritos con renglones torcidos.
El factor Vinicius
Con la justificación del parón inicial, el descanso quedó reducido en una especie de ‘cooling break’ más formal. El Madrid lo alargó más de lo debido. Volvió despistado y lo pagó. Un descubrimiento, Álex Valle, le regaló con un pase de exterior el segundo gol a otro, Pau Víctor, gran dominador del área. Lo que le ha visto Flick ya lo hemos visto todos.
Así, con la pared del 2-0, llegó al partido Vinicius, un reactivador inmediato. Aun fuera de punto, fue lo mejor del Madrid en el tramo final. Ter Stegen le quitó un gol. A Sergi Domínguez y Héctor les cayó el marrón de pararle y sufrieron. Pero el vértigo del brasileño no resultó suficiente. Ancelotti fue quitándole la compañía de los titulares y nadie cooperó de verdad con él, aunque Nico Paz, en un córner, fusilara de cabeza a Iñaki Peña y pusiese cierto picante al final. Sin embargo, el Barça aguantó y cumplió la tradición: América es su jardín.
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