La madrugada en que Jesús Gil temió que dinamitaran el Calderón
El entonces presidente del Atlético fue protagonista de una broma de ‘Inocente, Inocente’ en 1993. Unos Ultra Sur se habían colado en el estadio y amenazaban con volarlo.
Jesús Gil fue el protagonista de una broma del programa solidario Inocente, Inocente, en la edición de 1993. El entonces presidente del Atlético vio por la tele, desde su finca de Valdeolivas, cómo un grupo de ultras se había colado en el Vicente Calderón con una serie de peticiones para él bajo la amenaza de volar el estadio. El mandatario se mantuvo impertérrito, pese a que el guion incluía a unos cuantos ganchos de su confianza.
Aquí puede ver la broma completa a Jesús Gil.
El contexto se remontaba a la madrugada previa al Atlético-Real Madrid de la 93-94. Un especial de Telemadrid avisaba de la “presencia de elementos ajenos al estadio” dentro del mismo. En concreto, un grupo de Ultra Sur había asaltado el Calderón. Hasta allí se desplazaban Clemente Villaverde, gerente del club que fue retenido, y Jesús Gil, hijo del presidente. Este, mientras, lo veía desde casa mientras hacía llamadas.
“¡Vamos a quemar el Calderón!“, decían los asaltantes . ”Queremos hablar con Jesús Gil", reclamaban desde el despacho presidencial. El dueño del club, con toda la calma, conversó primero con su hijo: “¿Para qué vamos a alterarnos? Tranquilos. Que hablen conmigo, no dramaticéis". Y luego habló con los ultras: “Tranquilos todos, lo primero. No voy a colgar, di lo que quieras”.
“Hay 10 bombas como esta colocadas por el Calderón. Como no accedas, va a volar tu estadio”, le amenazaba el portavoz, que procedía a enumerar sus peticiones. “Futre tiene que venir al Madrid”. “Pero si Floro no lo quería”, contestaba Gil. “Queremos 100 entradas gratis para el derbi”: aceptado. “Una foto tuya con la camiseta blanca”. El presidente se ríe: “Allí conmigo la foto, yo del Madrid y tú del Atleti”. “La cabeza de Imperioso”, y aquí ya Gil se puso serio y lo rechazó.
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“¡Explotamos el estadio!”. “¡Haz lo que te dé la gana". Y, efectivamente, al instante se vio cómo detonaban tres artefactos en la fachada del estadio y uno de ellos hacía estallar el escudo. Jesús Gil, sin perder la paciencia, vio la detención de los asaltantes en el despacho y, acto seguido, los vio entrar en su salón con el característico ramo de flores de la gala Inocente, Inocente, confirmándole que todo había sido una broma.
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