La ‘fidelidad’ de De Jong

Es un buen verano, con el caso Frenkie de Jong, para descubrir si el dinero es todo en el fútbol. El holandés, que este sábado se montó en el avión rumbo a Estados Unidos con el resto de la plantilla del Barça, mantiene dentro del vestuario que no se va a marchar. Pero la realidad es tozuda y el caso está abierto porque el Barça, que ya lanzó una fuerte ofensiva mediática la semana pasada, cuando deslizó que la marcha del futbolista era básica para inscribir a Kessie, Christensen y Sergi Roberto, insiste en que el holandés debe salir.

De momento, De Jong sigue cerrado en banda, pero también ha dejado claro que en caso de que finalmente se avenga a negociar su marcha, tiene un bonus de fidelidad que asciende a unos 15 millones de euros al que no está dispuesto a renunciar porque él quiere seguir de azulgrana y es el Barça el que quiere desprenderse de él. Si le quieren vender, tendrá que abonarle ese bono euro por euro.

A 17 de julio, el Barça ya va tarde en el caso De Jong. Su objetivo era resolverlo antes del 30 de junio, pero encontró la resistencia del jugador, un frontón. Tampoco ha conseguido convencer al futbolista en la primera semana de julio y el comienzo de las grandes ligas empieza a acercarse. Con Joan Laporta y la directiva en primera persona en Estados Unidos, no pueden descartarse nuevas reuniones. Para el Barça, más allá de la activación de las dos primeras palancas (la venta de un 10%, y luego de un 15% más, de sus derechos de televisión a Sixth Street), la salida de Frenkie de Jong es la llave para la inscripción de sus fichajes este verano. El holandés no lo va a poner fácil, aunque si la situación se enquista, la presión vendrá del mismo vestuario. Si la resistencia de un jugador pone en peligro la inscripción de siete, ganará la mayoría. Eso, salvo que De Jong acceda a una bajada drástica de su salario. Pero ni eso resolvería la situación en la que se ha metido el Barça después de cerrar tantos fichajes.