La estrategia desgarra al Espanyol
Con nueve goles recibidos a balón parado en solo 11 jornadas, el equipo de Diego Martínez dobla al segundo en esa suerte, Osasuna con cinco, y se deja por el camino siete valiosísimos puntos.
Tras las pifias de Benjamin Lecomte y Álvaro Fernández, y los errores groseros de Leandro Cabrera, Sergi Gómez, Fernando Calero y del resto del entramado defensivo aparece un denominador común. Goles recibidos que podrían ser evitables. “Errores no forzados”, como suele decir el entrenador, Diego Martínez. Algunos, en lo que se denomina juego abierto, pero la mayoría en acciones de estrategia, las cuales desgarran a un Espanyol que si bien en la clasificación de Primera flirtea con el descenso, en la tabla del balón parado aparece como líder destacadísimo.
Nueve goles ha recibido ya el conjunto perico en situaciones de estrategia en solo 11 jornadas de Liga. Que son los mismos que recibió en toda la Liga pasada, una cifra a la que siete equipos ni siquiera llegaron en 38 jornadas y una estadística que lideraron Alavés y Levante, ambos descendidos. Y que suponen, de vuelta a la actual temporada 2022-23, prácticamente el doble que el segundo equipo más damnificado en esa suerte, Osasuna, que ha sufrido cinco. Con cuatro quedan Valencia, Celta y Rayo Vallecano. Y, en el caso del Espanyol, sin ni siquiera haber sufrido por ahora en contra ningún penalti, que se cuentan aparte en estos datos.
La sangría comenzó en la segunda jornada, ante el Rayo, con sendos goles surgidos del balón parado: Isi Palazón fruto de una falta frontal (0-1) y Pathé Ciss, en un córner (0-2). Sigue testimonialmente contra el Real Madrid, en el 1-3 de falta de Karim Benzema a Leandro Cabrera como portero por la expulsión de Lecomte. Un córner aprovecha José Ángel Carmona en el 0-2 del Sevilla.
El Valencia, como el Rayo, también pone sal en la herida, con el 0-1 de Gabriel Paulista en un saque de esquina y con el definitivo 2-2 de Eray Cömert, en el minuto 95, a raíz de un saque de banda. También Víctor Chust, para el Cádiz, establece el 2-2 en los últimos minutos al aprovechar un rápido servicio lateral. Y la última puntilla, para situar idéntico resultado frente al Espanyol, la puso por ahora Gonzalo Verdú, al rematar el domingo para el Elche un saque de falta servido desde la banda por Gerard Gumbau.
En la mayoría de casos, cogieron estas acciones desprevenida a la estructura defensiva, como si se tratara de un repliegue ante un contraataque, cuando es precisamente todo lo contrario: las jugadas que más se pueden prever, estudiar, ensayar, por comenzar en estático. La atención es la clave, tal como asumió el martes Javi Puado en conferencia de prensa. En cinco el portero fue Lecomte, por tres veces Álvaro y una, Cabrera. Pero lo más importante, la estrategia ha impedido sumar al Espanyol siete puntos más, que ahora lo situarían en una posición tan holgada como que acariciaría Europa.