La estabilidad de la Real contra la ‘trituradora’ del Sevilla
Diego Alonso llega sorprendentemente cuestionado al Reale Arena, mientas Imanol Alguacil sigue agrandando su leyenda.
Imanol Alguacil esperaba a su amigo José Luis Mendilibar en la visita del Sevilla al Reale Arena (sigue el partido en directo en AS.com). El mismo que le hizo ganar al equipo hispalense la Europa League hace sólo unos meses. En el último partido de la pasada temporada, paseaba tranquilo con su nieto en brazos por el césped del estadio donostiarra, saboreando el enorme logro de haber salvado de la quema a un equipo como el Sevilla y haberle hecho ganar otro título europeo, mientras la Real Sociedad celebraba su clasificación para la Champions League, el último éxito del entrenador oriotarra.
Nadie imaginaba entonces que el 25 de noviembre el Sevilla volvería a San Sebastián… ¡con Diego Alonso en el banquillo! Pero menos aún que el uruguayo lo haría tras la destitución de Mendilibar, sin haber conseguido ganar todavía ningún partido liguero, y encima ya cuestionado, cuando apenas ha dirigido a los sevillistas solo cuatro jornadas. Es el mejor ejemplo de la guillotina en la que se ha convertido ese banquillo, en contraposición con la estabilidad que ofrece el vestuario txuri-urdin desde que Imanol subió al primer equipo.
El dato es elocuente: desde que en 2018 el oriotarra tuvo su oportunidad en el club de su vida subiendo desde el banquillo del filial, sustituyendo a Eusebio Sacristán; el Sevilla ha tenido ocho entrenadores, y solamente uno, Julen Lopetegi, logró estar más de una campaña. Montella, Berizzo, Marcucci, Sampaoli, Machín, Lopetegi, Mendilibar y ahora Diego Alonso han dirigido desde aquella temporada a los hispalenses. Y mientras, en la Real solo Imanol Alguacil, que acumula ya 247 partidos en el banquillo realista.
Se enfrentan la actual trituradora sevillista contra la estabilidad donostiarra. Dos modelos diferentes que quizá esté sirviendo para dejar en evidencia un cambio en la lucha por ser el cuarto equipo de la Liga, después de los tres que parecen inalcanzables. La Real Sociedad pelea por ocupar ese puesto que ha ocupado de manera habitual el Sevilla en los últimos años. Y lo hace con una confianza plena en un entrenador de la casa, que tiene ya registros a la altura del mítico Ormaetxea, el gran entrenador gipuzkoano de las dos ligas de su historia. Porque cuando más estable ha sido su banquillo, mejores resultados ha obtenido. Y el Sevilla llega inmerso en una especie de crisis de identidad, sin tener del todo claro lo que quiere, porque Diego Alonso ya genera ciertas dudas sin haberle dado tiempo de asentarse en su banquillo. Así están más cerca del descenso que de Europa, el puesto que ocupa ahora una Real que no para de crecer. El partido del Reale Arena puede ser la puntilla de esta especie de cambio de ciclo, o el renacer del Sevilla de la mano de su enésimo director de orquesta en la última década. Sería curioso, e increíble, que lo haga con la vuelta de Januzaj, el genio incomprendido que no quiso Imanol y que no termina de despegar en Sevilla. La recuperación de Oyarzabal y la vuelta de Tierney tratarán de contrarrestarlo.
Ya todo suena a final para Diego Alonso. El Sevilla necesita ganar y tratará de usar sus mejores bazas. Vuelve Sergio Ramos y eso sostiene ya gran parte de los argumentos nervionenses. Sin Suso ni Lamela, el técnico uruguayo tirará de nuevo de Ocampos y Lukebakio bajo el deseo de morder arriba y dañar entre espacios. Dmitrovic seguirá en la meta y las dudas, como casi siempre, están en ataque. En-Nesyri y Mariano pelean por ser el nueve que dé pegada a este discutido proyecto de Diego Alonso. Gudelj se lo pierde por sanción.
El curioso récord que puede lograr Diego Alonso
Diego Alonso ha empatado los cuatro partidos que ha dirigido como entrenador del Sevilla en LaLiga y en caso de volver a empatar en el Reale Arena, puede convertirse en el primer técnico en la historia de la competición en empatar los primeros cinco encuentros que dirige. Por el momento, empata en este dudoso honor con José Manuel Corral, que también logró cuatro empates en sus primeros cuatro partidos con el Deportivo de A Coruña en 1997.
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