La encrucijada de Guido
El argentino regresa en los próximos días con su futuro aún en el aire. El jugador argentino desea quedarse en el club verdiblanco y el Betis mira de reojo al mercado.
Guido Rodríguez mantiene viva su encrucijada a sólo unos días de regresar de sus vacaciones. El argentino, que termina contrato el próximo verano en Heliópolis, sigue entre dos aguas a la hora de definir su futuro. Y en Heliópolis lo tienen claro: o renueva o buscará un nuevo destino para esta campaña que deje algún ingreso en las arcas verdiblancas. No hay tensión entre las partes, sino más bien un puñado de dudas que deben cerrarse con una decisión que calme esos interrogantes. El deseo de Guido es el de quedarse en un equipo en el que se siente importante. El Betis mira de reojo al mercado, pero también baraja como principal intención la renovación de su futbolista.
Manuel Pellegrini vive con incertidumbre este escenario. Quiere que se resuelva lo antes posible porque para él Guido es un elemento diferencial. El club ya ató los servicios de Marc Roca pese a que aún no lo oficializó, pero sus virtudes son complementarias a las del argentino. Mientras, el chileno también espera novedades sobre el hipotético adiós de William Carvalho, que parecía cerrado hace unas semanas y que ahora se detuvo hasta mantener al jugador en la actual expedición del Betis en Alemania. Un centro del campo con demasiado misterio a las puertas del arranque de los primeros duelos amistosos del verano.
La vuelta de Guido debe dar luz a estas dudas. El jugador ya advirtió en numerosas ocasiones que su relación con el club es buena y confía en que pueda haber un entendimiento en esas negociaciones que están sobre la mesa. Su papel en el equipo le invita a renovar con los verdiblancos. Es crucial para Pellegrini, lo juega casi todo, está encantado con su adaptación a la ciudad y la selección argentina lo tiene en sus planes desde hace tiempo. Ese escenario le entrega un hilo de tranquilidad al propio jugador a la hora de decidirse a ampliar su vinculación en la entidad heliopolitana pese a que el mercado llama a sus puertas desde hace meses. De momento, la pelota está en su tejado.