La cantera es una mina

La idea del Real Madrid es clara: quiere conservar a los pilares del Castilla 2021-22, sumarle alguno de los talentos del Juvenil A, añadir también fichajes como Noel López, la joya de la cantera del Deportivo, y con todo ello formar un bloque ganador para subir a Segunda. Pero del deseo a la realidad media un trecho y el club blanco sabe que, con todo, algunos jugadores intentarán imponer sus ganas de buscarse la vida fuera, sobre todo aquellos con ofertas de clubes profesionales.

También los hay que, ante la situación actual de la primera plantilla, ven poco probable tener sitio y se ven forzados a mudarse. Son los casos de Gila y Chust, a los que Vallejo deja sin sitio en el Real Madrid; el primero se ha ido a la Lazio, dejando seis millones de euros por el 50% de sus derechos; el segundo, al Cádiz por un millón, de nuevo por la mitad del pase.

Porque la cantera del Real Madrid no solo sirve para nutrir de potenciales jugadores al primer equipo; también es una fuente de financiación para el club, que hace constantes inversiones en jugadores con la esperanza de que, si no dan rendimiento deportivo de blanco, sí lo hagan a nivel económico. En este sentido, la experiencia de los últimos años ha sido fantástica: desde el verano de 2009, cuando Florentino Pérez retornó a la presidencia del Real Madrid, el club blanco ha ingresado nada menos que 365 millones de euros por traspasos de jugadores formados en su cantera.

Achraf y Reguilón, antídoto para la COVID-19

Nada más llegar, Florentino ejerció la recompra de Negredo, que había jugado los dos cursos anteriores en el Almería (marcando 32 goles) y lo traspasó al Sevilla a cambio de 14 millones de euros. Fue la primera gran operación con un canterano desde el regreso del dirigente, que años después traspasó a Jesé al PSG por 25 millones y a Morata al Chelsea por nada menos que 80 millones; el ahora delantero del Atlético ostenta el récord.

Con la pandemia de COVID-19, la necesidad de conseguir ingresos extra que compensasen las pérdidas provocadas por el parón hizo que los traspasos de canteranos cobrasen especial importancia: en el verano de 2020 el Madrid se llevó, en ventas de futbolistas criados en Valdebebas, 93 millones de euros. Achraf dejó 40 millones, con Reguilón siguiéndole de cerca, con 30. Y Óscar aportó otros 15 por el 75% de su pase. Entre todos mantuvieron el club a flote en el peor momento.