“La afición nos hizo ver que el debut en Primera era histórico”
El exdelantero fue el elegido por Quique Sánchez Flores para ocupar el ataque del Getafe en el debut del club en Primera.
Hablar de Pachón es hablar del Getafe. El exjugador del club azulón, entre otros muchos equipos, recibe a AS con esa humildad y naturalidad que le caracteriza. Tiene, eso sí, mucho trabajo y es que la leyenda azulona es el responsable de fútbol base. Nadie mejor que él para inculcar los valores del fútbol y del Getafe a los más jóvenes. Y pocos mejores que él para hablar de lo que supuso en la entidad y en la ciudad ese 29 de agosto de 2004, el estreno en Primera del club.
¿Cómo vivió el vestuario ese estreno en Primera División?
Con ganas y compromiso, pero ese Getafe ya tenía jugadores que habían debutado en Primera como yo, Gica y Vivar. Entonces, personalmente no tenía esa trascendencia que sí que se veía en el entorno.
¿Y cómo lo vivió ese entorno, la ciudad?
Imagínate. El Getafe estaba debutando en Primera División. Ahí sí que se notaba mucho esa excitación. Los aficionados te la hacían sentir en cada entrenamiento, en la pretemporada. Ellos eran conscientes de lo histórico que era ese partido. También nos lo hicieron sentir en todo momento. “La afición nos hizo ver que el debut en Primera era algo histórico”
¿Debieron ser las estrellas de la ciudad esa temporada?
Para nada. Mira, el fútbol de antes no tenía ese componente tan mediático que tiene ahora. No lo tenía el fútbol y este equipo mucho menos. Era todo muy humilde y humano. La afición estaba muy agradecida y sólo querían hacérnoslo saber. Luego, el sentimiento de todos era el de disfrutar. Imagina, esto era un sueño y te lo hacían saber en cada entrenamiento. Era muy humano.
¿Sólo queríais disfrutar o la salvación era el objetivo?
El presidente era el primero en decir que era un año de disfrutar, de soñar. Nadie nos aseguraba que íbamos a estar otro año en Primera. Era muy difícil que un equipo tan humilde, que nunca había estado en Primera, se salvase. Se nos descendió antes de empezar la temporada asique nos dedicamos a pasarlo bien pero con trabajo y sacrificio.
Nadie confiaba en ustedes, pero se salvaron.
Creo que el secreto fue, como te he dicho, que nos etiquetaran pronto como equipo descendido. Bajo ese disfraz fuimos amoldándonos a la categoría, al nuevo entorno, a los nuevos rivales... Esa humildad nos llevó a jugar sin complejos: vamos a divertirnos en Primera y el año que viene en Segunda. Sin problemas.
¿Cuál ha sido la clave para que el Getafe se convierta en un histórico en Primera?
El no haber perdido esa esencia, esa humildad. Pocos equipos de los que hay ahora en Primera llevan 20 veinte años en esta categoría. Nosotros sí. Sin embargo, seguimos siendo humildes y, lo más importantes, realistas. Nuestro día a día es sobrevivir en Primera. Eso se tiene muy interiorizado en este club. Somos un club trabajador que nunca va a creerse más de lo que es.
Fuera de El Coliseum hay aficionados que se empeñan en no ver al Getafe como un histórico de Primera, ¿a qué cree que se debe?
Somos incómodos. Muchas personas nos descienden todos los años, pero luego llevamos veinte temporadas en Primera. También te digo, nosotros vamos de humildes, es normal que nos consideren de esa manera. No hay ningún problema. Además, cuando vienen a El Coliseum, suelen salir pensando: “Aquí no van a perder, son un equipo muy fiable”.
Volviendo a esa primera temporada, ¿cómo vivieron la campaña en general?
Hubo muchos cambios y el club, como a cualquier entidad, le costó adaptarse. De hecho, en los primeros partidos sufrimos bastantes. Hay aparecieron las primeras dudas y los pensamientos intrusivos: “Esto va a ser casi imposible”. Claro, luego llegaron las primeras victorias y nos fuimos enchufando. La gente que tenía más experiencia íbamos tirando del carro. Luego, los Gabi y Albiol, los más jóvenes del equipo, dieron esa chispa de juventud. Ese equilibrio fue clave.
Pero no empezaron especialmente bien.
Ya, pero ir de abajo a arriba siempre es más sencillo. Cuando sumábamos un punto, el chute de motivación era importante. Cuando ganabas, te puedes imaginar. Y ya cuando encadenabas dos victorias pensabas que era hasta sencillo.
Se acuerda de lo que les dijo Quique Sánchez Flores antes del debut en La Romareda.
Recuerdo su ilusión toda la temporada. Venía de entrenar al juvenil del Real Madrid y era todo un crío, un debutante, pero a ilusión no le ganaba nadie. Además, supo tener la templanza de no asustarse cuando las cosas se pusieron complicadas. Esa ilusión y templanza sumada a que no había tanta distinción cuerpo técnico-jugadores fue clave.