Kroos y diez más
El alemán apunta a titular en el Clásico tras descansar en Braga. Su rendimiento ha potenciado una importancia, ahora, creciente. Estadísticamente, un reloj.
Si en el amanecer de la temporada emergía alguna duda, ahora Toni Kroos es una certeza. El relevo generacional, la transición dulce, está en marcha, pero el de Greifswald no entrega la posta. No hay mejor aval para un futbolista que el rendimiento y el 8 se ha subido en un ascensor cuya siguiente planta es el Clásico. Un encuentro donde su presencia se radiografía primordial. Un retrato, el de la importancia creciente, dibujado a través de una suplencia. Ancelotti rotó a Kroos en A Pedreira y el alemán paladea la titularidad en Montjuïc.
El once de Braga perfiló un centro del campo con Modric, malas nuevas para el croata si se mira hacia el Barcelona, Camavinga como ancla y Valverde. En el banquillo, Tchouameni y Kroos. El francés salió para poner sujeción a la locura, cuando el 1-2 desató la ilusión local e instaló el nerviosismo visitante. No así un Toni Kroos cuya importancia en las noches de tronío ha ido multiplicándose en la temporada presente. Solamente ha enlazado dos suplencias consecutivas en una ocasión, entre la tercera (Celta) y la cuarta (Getafe) jornada ligueras. El resto ha sido un 50-50 sólo alterado por sus titularidades de carril contra Girona y Nápoles. El encuentro ante el por entonces líder de LaLiga y el rival más fuerte en la Champions. No salió de inicio en San Mamés en el estreno de la temporada y, a partir de ahí... ¿Ante la Real Sociedad? Titular. ¿En el Derbi? Titular. ¿En el Sánchez Pizjuán? Titular. El cambio es patente. ¿En el Clásico? Apunta a un Kroos y diez más.
Lo dice la dinámica, pero también la lógica. Se aventura osado barruntar otra suplencia de Tchouameni, al igual que la de un Valverde que apenas esconde las alas y menos en un partido donde no sobrarán pulmones. Mientras que la presencia de Camavinga como lateral izquierdo gana enteros en los días grandes (Nápoles y Girona) por mucho que le pese al de Cabinda. Y como eje del vértice de la sala de máquinas, Bellingham. La pieza restante del puzle se debatiría entre Modric y Kroos. Otrora inseparables, como el agua y el aceite esta campaña. La colocación de las piezas en Braga se vocifera como la respuesta más evidente.
Con la estadística como aliada
Un Kroos que también cuenta con el respaldo de la estadística. Lidera junto a Bellingham la tabla de asistencias (tres, la última decisiva, a Carvajal, para empatar en el polémico enfrentamiento contra el Sevilla), comanda la de ocasiones creadas (26), la de envíos en largo con éxito (50), es tercero en pases acertados (631) con el mejor porcentaje de toda la plantilla (95,3%)... Datos que brillan aún más si se extrapolan a un promedio completo, pues su minutaje apenas le coloca en undécima posición del Madrid con 628′. Y es que, Kroos es segundo en las cinco grandes ligas en ocasiones creadas (3,7 por cada 90′), octavo en asistencias (0,43) y pases exitosos (90,3) y primero entre los jugadores de campo en pases largos acertados (7,15 por cada 90′). Un reloj. Con todas estas variables en la coctelera, Kroos mira al Clásico con ojos de titular. La última palabra, eso sí, la tendrá Ancelotti. O su pizarra.
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