Koundé: un montón de enigmas que sólo conoce Tchouaméni
El defensa del Sevilla, cuyo futuro no se concreta, agota unas vacaciones que ha pasado íntegras junto al madridista y lanzando mensajes crípticos en las redes.
“Una cosa está clara. Si no apuntas muy alto, entonces apuntas demasiado bajo”, escribió Jules Koundé en las redes sociales para soliviantar de nuevo a los hinchas del Sevilla, del Chelsea, del Barcelona y ya, hasta del City. El defensa francés apura sus vacaciones en Los Ángeles, donde acaba de recuperarse también de una operación inguinal junto a un fisio especializado... y su inseparable Aurelien Tchoaméni, junto al que ha pasado prácticamente todo este periodo veraniego.
Tchouaméni, cuyo futuro pasa por el Santiago Bernabéu desde hace semanas, parece ser el que mejor conoce los planes y también los temores de Koundé, decidido a encontrar un nuevo destino pero sin que se concrete aún ninguna de las ofertas que tiene sobre la mesa. Al menos, de manera oficial. Hace apenas un mes todos los caminos conducían a un Chelsea que tiene o tenía un acuerdo con el jugador, pero que sin embargo vive ahora tiempos de zozobra con el desembarco del norteamericano Todd Boehly.
Las preferencias del magnate norteamericano, quien sabe si también de Tuchel, para el centro de la defensa han dado una infinidad de tumbos: de Koundé a Skriniar, de Skriniar a De Ligt, a Koulibay, a Aké... finalmente, parece que de momento llegarán los dos últimos para sustituir a Rudiger y Christensen. La probable salida también del español Azpilicueta, más perfil Jules, deja la puerta de Stamford Bridge todavía abierta para el defensa del Sevilla.
Porque en Nervión siguen pensando que el destino más probable para su joya de la corona es la Premier League. Las propuestas que desliza el Barcelona, más como globos sonda o a través de los medios de comunicación, no se acercan siquiera a los 60-65 millones de euros que esperan las arcas sevillistas por Koundé. La posibilidad, cierta, de que el Manchester City se sume a la puja a partir de ahora ilumina la cara de los dirigentes en el Ramón Sánchez-Pizjuán.