Koke y la resurrección del Atleti
El mejor estado de forma del capitán coincide con el regreso del Atlético del Cholo más reconocible: sin perder en Liga hace ocho partidos, más competido...
Que otro Atlético ha emergido después del Mundial de Qatar no lo dicen sólo los números, sin derrota en Liga desde hace ocho partidos y con solo dos partidos perdidos en los 12 jugados en 2023 ante Madrid (25 de febrero, Copa) y Barça (8 de enero, Liga), que sea el segundo con más puntos logrados (18 de 27 puntos posibles, sólo superado por el Barcelona, 24 de 27), el segundo con más goles marcados y el segundo que menos encaja, según recog la cuenta @atletico_stats, también lo dicen las sensaciones. Un Atleti más competitivo, más compacto, más sólido y con dos líderes. Uno, Griezmann, en este momento, el mejor futbolista de LaLiga; otro su capitán, Koke (31 años). No se puede hablar de la resurrección del equipo sin girar alrededor de su bota.
El momento en el que Koke se subió al escenario el miércoles en el auditorio del Metropolitano para comparecer con su entrenador en una parte en el programa que el club rojiblanco grabó para homenajear los 613 partidos del Cholo en el Atlético se estaba produciendo una foto para la historia. Porque no solo era ese récord marcado por Luis que parecía inasible, era también el que el futbolista rebasó en octubre de 2022 el de partidos jugados con la rojiblanca que Adelardo había establecido hacía 47 años. Los de Koke sumó ante el Sevilla el número 574. Juntos han vivido historia para siempre mejorándose el uno al otro. “La llegada del Cholo fue muy importante. Él confió en mí y me dijo que tuviera paciencia. Hasta el día de hoy”, contó el futbolista. “Le dije: ‘No hay forma de que confíes en lo que te digo porque acabo de llegar…”. Germán me manda vídeos del Atlético del momento y veo al número 19: ‘¿Quién es’? Jugá bien, está metido en el juego…'. Y era Kokinho…”, arguyó el técnico.
Siempre por el bien del grupo, de los demás
Más mando y menos pelotas rifadas. Ese parece ser el principio bajo el que el Atlético sale a los partidos, vertical y con un juego más rápido, con Koke en pivote basculando al equipo y dirigiéndolo al ataque, dándole al juego un aspecto más fluido y reconocible. “Estoy jugando habitualmente como pivote, obviamente que como centrocampista llegador que he sido siempre me gusta dar asistencias, me gusta dar goles, pero todo lo que sea ayudar al equipo tanto dentro como fuera del campo siempre voy a sumar”, decía el propio Koke después del 1-1 ante el Getafe en el Metropolitano. Siempre mirando por los demás y el bien del grupo, siempre destacando, si Koke está bien, todo funciona, porque al lado del capitán la vida sigue siendo siempre mejor.