Koke, ante su rival favorito, con la renovación de fondo
El capitán del Atlético se enfrenta al Sevilla, al que ha marcado siete goles, a cuatro meses de que termine su contrato con el club rojiblanco, cuya prolongación se cuece a fuego lento.
La vida con Koke siempre es la vida mejor. Simeone lo supo en cuanto pisó el Atlético, allá por diciembre de 2011, cuando, atisbando los vídeos que el Mono Burgos le enviaba de los entrenamientos y partidos del Atlético dio su primera orden como entrenador: “Paraliza su salida”. Era a Germán, quien sería su segundo en su historia como entrenador en el club rojiblanco que iba a comenzar. El Atleti cerraba su salida al Málaga. El canterano había debutado con Abel en el primer equipo en 2009 en el Camp Nou. Se quedó. El resto es historia. Hoy capitán, cinco temporadas con el brazalete al brazo, es el futbolista que más veces ha vestido la rojiblanca en la historia (617) aunque cada partido más es uno menos. Acaba contrato en junio. Y, de momento, de su renovación nada se sabe, aunque se esté cociendo a fuego lento.
El domingo el Atlético se enfrenta a su rival ‘favorito’, el Sevilla, por tercera vez en mes y medio, el equipo al que más goles le ha marcado (7 en 30 partidos), alguno de ellos los más especiales, como aquellos del 30 de agosto de 2015, cuando Raúl García había decidido abandonar el club rojiblanco, rumbo al Athletic, para dibujar su número con los dedos, el 8, como mejor despedida. Era uno de sus hermanos. Uno de esos futbolistas con Gabi, Godín y Juanfran, que fueron pilares de los primeros éxitos del Cholo. Apercibido, ante el Real Madrid, en la última jornada de Liga, el domingo pasado, pareció ver amarilla, pero en realidad no, puede jugar ante el Sevilla y es necesario que lo haga. Cuando Koke está la pelota baila. Ante el Real Madrid, por ejemplo, en octavos de la Copa sostuvo siempre al equipo y lo barrió todo, 92% acierto en 112 toques (@atletico_ stats).
Una renovación a la baja
El capitán, quince años en el primer equipo, es uno de los futbolistas que más cobran del Atlético, en la línea salarial de Saúl o Oblak, en torno a los ocho, diez millones, pero el Atleti, hoy, cada renovación que encara lo hace con las tijeras en alto, a la baja. Y el capitán no es excepción. Se le ofrece una ampliación de contrato a la baja-muy-a-la-baja, por casi una tercera parte de lo que hoy cobra y he ahí la cocción. O el fleco. Aunque, desde los entornos de ambos, club y jugador, se confíe en llegar a un consenso. Uno por tirar de la cifra un poco hacia arriba, más hacia la mitad de lo de ahora, el otro por esa camiseta que solo ha vestido en su vida de fútbol. Y que, en sus ausencias el juego del equipo, quince años después tanto sigue necesitándole a él. De su orden, su linterna, su desgaste, su concordia. Porque Koke es uno de esos futbolistas que no solo son pegamento en el campo, también, sobre todo, en las profundidades del vestuario, allá donde se forjan de verdad los equipos campeones. Ante el Sevilla los rojiblancos tienen una prueba más, cuando llega la eliminatoria de Champions (Inter), cuando queda por resolver con desventaja la semifinal de la Copa (ante el Athletic). Siempre con Koke.