Kiko: “Soy creyente y voy al vestuario con el Evangelio”
El lateral del Villarreal, uno de los pocos que ha jugado todo, agradece la confianza de Marcelino y desvela alguno de sus secretos en AS.
Kiko Femenía (Sanet y Negrals, 1991) es uno de los pocos jugadores de LaLiga que ha disputado todos los minutos. El lateral alicantino está agradecido a Marcelino por la confianza que le ha dado y desvela en AS algunas de sus devociones. Su gran rendimiento ha provocado que el Villarreal esté dispuesto a renovarle.
Usted es de los pocos de LaLiga que ha disputado todos los minutos hasta el momento. ¿Cómo lo valora?
Es verdad que estoy sumando todos los minutos de la temporada. Eso es bueno para mí y estoy agradecido por poder hacerlo. Tengo mucha confianza ahora mismo, por lo que la idea es seguir a este nivel y poder ayudar al equipo al máximo. Yo estoy para lo que el técnico decida. Si Marcelino ha decidido que esto es lo que tiene que ser, estoy muy agradecido por los minutos.
¿Pero cómo lo lleva?
Con mucha tranquilidad. Confío mucho en toda la gente que trabaja en el club: médicos, fisios, alimentación, preparadores... Todos ellos ayudan mucho. Pero, desde hace tiempo, me estoy tomando muy en serio el tema del descanso. Intentar descansar al máximo y hacerlo bien. Tengo la ayuda de mi mujer, ya que tengo tres niñas pequeñas y es difícil poder descansar con niños tan pequeños. Pero ella entiende que hay muchos días que tengo que descansar y no puedo dormir ni con ella ni con las niñas. Mis hijas tienen seis, cuatro y dos años. Quieras o no, es un jaleo y es complicado el día día. Pero gracias a mi mujer y a su esfuerzo puedo tener el descanso necesario. A ella se suma también mi madre, su madre y una chica que nos ayuda, lo que me permite poder hacer las cosas bien.
En estos momentos, es muy importante lo que se hace fuera del campo...
Cuando vas creciendo, sabes y te das cuenta que vives de tu cuerpo, que tu herramienta es esa. Ahora mismo puedo aguantar el ritmo de competición y de entrenamientos, que con Marcelino son muy exigentes, por hacer las cosas bien en la alimentación y el descanso. Y en este club te lo ponen muy fácil.
¿Se imaginaba tener este papel hace un año?
La verdad es que no me esperaba lo que estoy viviendo ahora hace un año. Me veía más fuera que dentro del club. Pero desde que llegó Marcelino la confianza que me ha dado ha sido brutal, a nivel emocional, de ambición y y a nivel deportivo. La verdad es que le estoy muy agradecido. Pero yo quiero seguir mejorando, ya que creo que lo puedo hacer. Creo que lo que debo hacer es conformarme con lo que hecho este año, mi objetivo es intentar mejorar y creo que puedo hacerlo.
“No me esperaba vivir esto, me veía más fuera que dentro del club”
¿En algún momento pensó en bajar los brazos?
Nunca he pensado en bajar los brazos. Mi vida es el fútbol. Soy un jugador al que le encanta el fútbol y ver partidos de otras categorías, de otras ligas y seguirlas. Siempre pienso en mejorar y hacer algo nuevo. La ilusión por jugar al fútbol es algo que me mueve. Por eso cuando no jugaba, lo que intentaba era entrenar mejor cada día para que el técnico viese que estaba ahí. Cuando llegaba a casa, quería estar orgulloso de lo que había hecho, de mi esfuerzo y de mi trabajo. Creo que en esa etapa nadie podía reprocharme que no entrenara bien y que estuviera siempre preparado y motivado. Por eso yo me veía bien y sabía que podía tener la oportunidad. En ese momento fue clave en la familia y los amigos.
Vamos con el equipo. ¿Esperaban arrancar así?
Sabíamos que había que hacer una pretemporada fuerte para afrontar el inicio de temporada, ya que éramos conscientes de que teníamos un calendario muy difícil de inicio. Si soy sincero no esperaba empezar tan bien, ya que esta liga es muy igualada. Pero este inicio refleja el trabajo, la profesionalidad de la plantilla y y la ambición que hay dentro de la misma. Pero como he dicho antes, nos están ayudando mucho el cuerpo técnico y toda la gente que trabaja en el club.
El problema está en defensa. Encajan muchos goles...
Somos conscientes del problema que tenemos en la faceta defensiva y no podemos encajar goles todos los partidos. Eso es un animalada. Creo que tenemos mejor equipo y mejor nivel defensivo como para tener estos números. Es un trabajo colectivo, pero al final los palos normalmente se los llevan los defensas. Tenemos el reto de acabar con la portería cero y tenemos que sacarlo. A veces creo que es más un problema mental que táctico. Creo que hemos mejorado, pero tenemos que mejorar más.
¿La Champions es un objetivo o una obligación?
Sabemos la dificultad que tiene esta categoría, es muy complicado sumar en cada partido y lo estamos viendo. Cualquier rival te lo pone muy difícil, lo que lo hace todo muy igualado. Ahora vienen partidos con equipos que la gente piensa que pueden ser más fáciles que otros, pero ni mucho menos. Pero es verdad que en casa debemos intentar hacernos muy fuertes. Ahora llega el Getafe que es un equipo que lo pone siempre muy difícil, pero somos conscientes que en casa es donde nos lo jugamos. Tenemos ilusión por estar arriba y tenemos ganas de demostrar que podemos estar.
Pero se ve un gran grupo y con calidad. ¿Cuál puede ser la clave?
Para mí la clave es la confianza que tenemos todos, la que tenemos uno con el otro. Tú ves que tienes una buena plantilla, que tienes buen equipo, buenos jugadores y una base fuerte. Sabemos desde dentro que somos candidatos a hacer algo importante, pero eso no sirve de nada si no lo demuestras día a día en el campo. Uno puede tener muy buena plantilla, nosotros la tenemos, pero si no lo demuestras no sirve de nada. Han llegado muchos jugadores nuevos, son buenos chavales, se están adaptando. Hay calidad y ganas de hacer grandes cosas.
Por cierto viendo sus tatuajes, debe ser usted muy religioso...
Soy muy religioso. Es algo que me inculcó mi abuela, que estaba conmigo y rezaba todos los días el rosario. Ella me llamaba de pequeño, me sentaba a su lado y me hacía rezar con ella. Eso me ha hecho ser muy creyente y me ha ayudado mucho Sinceramente, me ayuda mucho tener fe. Siempre me ha ayudado y me ha centrado mucho. Cuando llego al vestuario a veces voy con el evangelio y con algunas estampitas de santo, y me pongo a rezar antes de los partidos. La gente se extraña. Cada uno tiene su fe y cree en lo que cree. Y yo creo en Dios. Espero que esté siempre conmigo y con mi familia
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