Joselu y el Espanyol se adentran ahora en terreno desconocido
El ariete del Espanyol no se ha perdido nunca dos jornadas seguidas desde su vuelta a Primera. Ha jugado 129 partidos de 134 posibles. No se lesionaba más de una semana desde 2017.
Una lesión en los músculos isquiotibiales de la pierna izquierda. “Su evolución marcará su disponibilidad”. Así despachaba el Espanyol, este martes, el parte médico de un Joselu Mato que ya se perdió el partido ante Osasuna del pasado sábado (1-1), tras retirarse prematuramente del entrenamiento previo, y que causará baja con toda probabilidad el lunes próximo frente a la Real Sociedad, y hasta nuevo aviso. Un territorio absolutamente desconocido para el Espanyol y para el propio delantero.
Para el Espanyol, a donde aterrizó el pasado verano, la situación es nueva porque Joselu no solo había sido titular en las 19 jornadas de Liga de la primera vuelta, sino que directamente había disputado todos los minutos, en los que había anotado 11 goles y entregado dos asistencias. Incluso había participado (con un gol y dos asistencias) en los cuatro partidos de la Copa del Rey de este curso. Un papel crucial que contra Osasuna se palió en parte con la diana de Martin Braithwaite para sumar un punto.
Pero la infalibilidad de Joselu no se limita a su media temporada como perico, sino que se amplía a las tres campañas anteriores, desde que regresó a la Liga española en 2019. En todo este periodo, el gallego ha jugado 129 jornadas sobre 134 posibles. O lo que es lo mismo, más allá del Espanyol-Osasuna, con el Alavés únicamente se perdió cuatro partidos ligueros en tres años, todos saldados con derrotas. Y nunca por una lesión como la actual.
Lo más parecido a una dolencia fue la “cuestión médica” que su entonces entrenador, Julio Velázquez, aportó como opaca razón para argumentar su ausencia en la derrota ante el Cádiz (0-1) de la última jornada en el pasado ejercicio, 2021-22, con el equipo ya descendido. Antes, había disputado 37 jornadas, con 14 goles y cinco asistencias.
También 37 encuentros jugó la temporada anterior, la 2020-21, con 11 tantos y tres asistencias, cuando se perdió la cuarta jornada, un Villarreal-Alavés (3-1) por puro protocolo Covid-19, ya que a dos días para el choque había abandonado la burbuja del equipo, que LaLiga había implantado en aquellos tiempos duros de pandemia, para asistir al nacimiento de su hijo.
Y en 36 jornadas participó en su primer curso como babazorro, el 2019-20, cuando vivió desde el banquillo al Real Sociedad-Alavés (3-0) de la sexta fecha y se perdió por sanción el Espanyol-Alavés (2-0) con el que se reiniciaba la competición tras el estado de alarma de la primavera de 2020. 11 goles y tres asistencias fue su balance.
Para encontrar una dolencia en la carrera del atacante que se alargase más de una semana habría que remontarse al 28 de abril de 2017, cuando todavía era jugador del Deportivo de la Coruña y sufrió una lesión en el tendón de Aquiles que le hizo perderse las cuatro últimas jornadas del campeonato liguero 2016-17 (una de ellas, un 1-2 en Riazor frente al Espanyol) y de la que no se recuperó completamente hasta julio, semanas antes de firmar por el Newcastle. Era prácticamente otro Joselu.