VILLARREAL - ATLÉTICO | JOSE MARI
José Mari: “Me identifico con el Atleti, ese club te marca”
El exdelantero andaluz jugó en el Sevilla, Atlético de Madrid, Milan, Villarreal, Betis, Nástic y Xerez. Al retirarse del fútbol engordó siete kilos. Empezó a ir al gimnasio y...
José Mari marcó una etapa del fútbol español. Hoy está a sus negocios y acude al gimnasio todas las mañanas.
¿A qué se dedica José Mari ahora?
Hace diez años que me retiré y he hecho cosas distintas al fútbol. Puse un negocio de hostelería, tuve un restaurante pero no me terminó de llenar. También estuve colaborando con una agencia de representación pero, principalmente, me dedico al control de los temas inmobiliarios que tengo.
¿No le tienta volver al mundo del fútbol como entrenador?
Sigo todo lo que sucede en el mundo del fútbol, pero no me tienta porque sería empezar otra vez de nuevo y el camino es largo. Además, con tres niños, el tema de moverme de casa no me seduce.
Nació en Sevilla capital, ¿cómo fueron sus inicios?
Nací en la barriada de Felipe II, un barrio humilde y trabajador. Desde pequeñito estaba con un balón en los pies y con 11 años entré en el Sevilla.
Jugó en el Sevilla, Atlético, Milan, Villarreal, Betis, Nástic y Xerez, ¿de qué equipo es?
Soy un poquito de todos y a todos estoy agradecido, pero me siento más identificado con el Atleti. Me marcó mucho. Llegué con 18 años y el cambio más brutal de mi vida futbolística. Yo no había salido nunca de mi casa y con 18 años todavía era muy niño, y de buenas a primeras verme en el Atlético, con los jugadores que tenía, para mí fue un cambio radical.
¿Qué fue lo que más le sorprendió?
La repercusión que tenía todo, ese club te marca. Cuando llegué estaban Kiko, Juninho, Vieri…
Usted fue precoz, no sólo llegó a Primera jovencito sino que fue el primer futbolista español en firmar un contrato profesional aún en edad juvenil.
Con 15 o 16 años ya siempre iba un equipo o dos por encima de los de mi edad. Empecé a ir a la Selección con la Sub-15.
¿Cómo vive los derbis sevillanos, usted que jugó en ambos bandos?
Quizá sea el derbi más pasional que conozco. Hay mucha rivalidad entre el Atlético y el Madrid, pero es más del Atlético hacia el Madrid que al revés por el hecho de que está el Barça. Aquí, un Sevilla-Betis marca un antes y un después. La afición del equipo que pierde el derbi está jodida media temporada, hasta que llega el siguiente derbi.
Llegó al Atlético en 1997, tras el Doblete. Todavía estaba Antic de entrenador… ¿Quién le acogió e hizo de protector en el vestuario?
Kiko, que además de ser muy carismático era uno de los jefes del vestuario. También Juanma López, Santi Denia…
Luego tuvo a Arrigo Sacchi, quien decía de usted que era el futbolista del futuro, el mejor jugador del momento.
Tengo muy buen recuerdo de Arrigo y siempre le agradeceré los informes que me hicieron llegar al Milan. Yo llegué al Milan por los informes suyos, que allí era una persona muy respetada y lo que decía iba a misa.
Sacchi le recomendó al Milan, que pagó por usted, en 1999, 3.200 millones de pesetas (casi 20 millones de euros) cuando dos años antes el Atlético sólo había pagado 150 millones de pesetas (900.000 euros) por usted al Sevilla.
Buen negocio para el Atleti, sí. Yo no pensaba en nada de eso, sólo en los compañeros que iba a tener. Era consciente, pero no me quitaba el sueño.
En ese momento usted se convirtió en el deportista español mejor pagado de todos los tiempos: 720 millones de pesetas por temporada.
No lo sabía. Más o menos era esa cantidad.
¿Cómo se forjó su fichaje por el Milan?
Yo estaba a punto de firmar por la Roma, con Fabio Capello de entrenador, que acababa de salir campeón. No firmé el contrato porque el presidente de la Roma en esos momentos estaba en Estados Unidos y tenía que volver. Al día siguiente, Fermín, mi representante, me dice que el Milan quiere hablar conmigo. Les escuchamos y, al final, decidimos ir a Milan.
Aquel traspaso provocó la intervención judicial al Atlético.
Las veces que me encontré a Gil después de aquello y siempre me culpaba a mí, de broma. “Me han quitado al Atlético por tu culpa”, me decía. Yo creo que fui muy rentable para el Atlético.
En Milán tuvo como entrenadores a Zaccheroni, Ancelotti, Terim, Maldini... ¿Cómo era aquel joven Ancelotti que daba sus primeros pasos como entrenador?
Casi como ahora, no creo que haya cambiado mucho su manera de ser. Era muy tranquilo, y muy respetado por los jugadores.
Luego regresó al Atlético y tuvo de técnico a Luis Aragonés.
Genio y figura. Tenía más genio que figura, tenía un carácter muy duro. Pero bueno, sabio, Luis era sabio. El apodo le venía como anillo al dedo.
¿Cómo era su relación con Berlusconi?
Le veíamos poco. Yo bromeaba y le decía que era como el del anuncio de Tulipán, porque estábamos entrenando y él aparecía con el helicóptero aterrizando en mitad del campo. Él era el presidente, pero el día a día lo llevaban Galliani y Ariedo Braida. Un tío muy inteligente y con mucho carisma.
¿Les invitaba a los jugadores alguna vez a sus famosas fiestas con chicas?
No, no, no, yo creo que eso lo dejaba para sus amigos, no para sus trabajadores.
¿Berlusconi o Jesús Gil?
A Jesús Gil le tenía más cariño. También le traté más. Dos grandísimas personas con una mente privilegiada, cada uno a su manera.
¿Quién era más divertido de los dos?
Jesús Gil. Era muy gracioso.
¿Alguna anécdota que se pueda contar?
Recuerdo cuando sufrimos un terremoto jugando en Belgrado, contra el Obilic. Los cristales del aeropuerto estallaban y la Policía no nos quería dejar subir al avión, pero Jesús dijo: “seguidme”, y salimos corriendo todos tras él para subir al avión. Días después, Gil invitó a cenar a todas las personas que iban en aquel avión, más de 300 personas.
Gil, Berlusconi, Del Nido, González de Caldas, Lopera… Uf. ¿Qué es lo más sorprendente que ha vivido con estas personas?
Tengo buen recuerdo de todos. Lopera fue muy comprensible conmigo. Firmé por tres años y al año y medio le dije que me iba. Primero se lo dije a Chaparro, el entrenador, y luego a Don Manué. Con toda la tranquilidad del mundo me dijo: “Vete de vacaciones (era Navidad) y hablamos a la vuelta”. A la vuelta le dije que seguía pensando igual, cobré el año y medio que había jugado y el otro año y medio le dije que no lo quería.
¿Y a Fernando Roig, dueño del Villarreal?
Muy buena persona, le tengo cariño.
¿Cómo llega al Villarreal?
Me quedaba un año de contrato en Milán y yo, en principio, no tenía intención de jugar en el Villarreal. Justo dos días antes de volver al Milán me dice mi representante que el Villarreal quería hablar conmigo. Le dije, mira, yo voy a escucharles por educación, pero no es mi intención… Total, que quedamos en un restaurante y me encuentro a José Manuel Llaneza y lo primero que me dice, antes que hola, es “¿tú por qué no quieres venir?”. No hombre, no es no quiera ir, he venido a escucharle… Y me dice: “Vamos a terminar prontito. ¿Tú cuánto quieres ganar?”. Le dije, tanto. “Qué quieres ¿tres años o cuatro?”. Le dije, cuatro. “Bueno, pues entonces ahora vamos a cenar”. Esa fue toda la negociación.
En Milán, pasando el reconocimiento médico, recuerdo que le escuché una frase fantástica después de estar media hora dando pedales en la bicicleta estática: “Doctor, ¿voy a fichar por el Milán o por el Mapei? (El Mapei era uno de los mejores equipos ciclistas de la época).
Habían pagado mucho y se tendrían que asegurar.
¿Tan estrictos eran allí los entrenamientos como se dice?
Sí, sí, al principio me costó muchísimo. Luego cambiaron a raíz del Mundial que gana España, al ver que entrenar con balón daba sus frutos. Cuando yo llegué allí, los dos primeros días de la semana no veías el balón. No sacaban ni los balones al campo. El primer día había rampa, que no sé cuantas veces subíamos la rampa. Y el segundo día un circuito por el bosque. Al llegar a Milanello te dan una habitación, y tú la usas o no. La habitación es tuya digamos en propiedad mientras estés allí. Como el clima de Milán es duro y el tráfico también, pues cuando había entrenamiento de mañana y tarde muchas veces te quedabas allí, ya que Milanello está a 50 kilómetros de Milán.
¿Qué tenían prohibido hacer que sí se hiciese en España?
No. Me llamó la atención el caso contrario, que muchos jugadores fumaban y lo hacían públicamente. Recuerdo que mi primer control antidoping me lo hicieron contra la Juventus, y no se me olvida la imagen de encontrarme a Buffon en la sala del control antidoping fumándose un cigarro.
En Italia, en aquella época se decía que a los futbolistas se les daba sustancias prohibidas. ¿Le sucedió a usted?
Nunca lo vi.
Aquel Milán era un lujo, con Maldini, Albertini, Shevchenko, Weah, Bierhoff, Boban, Gattuso, Leonardo…
Era una pasada, un equipo de estrellas. Maldini era especial. Cuando yo llevaba ya un año allí, se me acerca un día hablando un español perfecto. Le dije, “No me digas que hablas español cuando llevo un año pasando fatigas para hablar en italiano… Y me dijo: “Es que si te hablo en español desde el primer día no aprendes italiano”. Su mujer es venezolana y él hablaba bien español.
¿Quién era el capo en el vestuario de aquel Milan?
Maldini, por encima de todos, también Costacurta, Albertini, Sebastiano Rossi…
Era un fijo en las categorías inferiores de la Selección, incluso fue medallista olímpico, pero sólo jugó cuatro partidos con la Absoluta….
No tuve continuidad en la Selección. Es difícil.
¿En qué momento el José Mari futbolista se convierte en José Mari culturista?
No, yo no hago culturismo. Empiezo con el gimnasio porque, el año que me retiro del fútbol, ese verano engordo siete kilos. Me apunté al gimnasio para perder peso y sigo yendo. Me hace sentir bien.
¿Acude a campeonatos?
No he ido nunca. No es mi objetivo. Mantengo un equilibrio, intento comer lo mejor posible sin privarme de nada. No llevo una dieta. Intento comer los menos pasteles posibles, los menos fritos posibles y tomar las menos cervezas posibles.
¿Se ayuda de esteroides o anabolizantes?
-No, no. Si me plantease competir seguramente tendría que usarlos, pero como no me lo planteo, nunca los he tomado. Lo que pasa es que la gente ve el cambio y se cree que yo me he levantado así de un día para otro, y no, que hace ya diez o doce años que me retiré. No me levanto una mañana y tengo diez kilos más de músculo.
Fernando Torres y Guti son otros futbolistas que también le pegan duro al fisioculturismo.
Sí, el Niño Torres está muy fuerte. Además, boxea.
¿Quién levanta más peso de los tres?
Ni idea, pero a Torres se le ve muy fuerte.
¿Se picaría un día con él a levantar pesas?
Estaría interesante. A boxeo no, que le he visto y boxea bien.
¿Cuál es la especialidad?
Hago pesas todos los días. Me entreno una hora u hora y veinte minutos.
¿Qué futbolista de la actualidad le gusta más?
Me enamora De Bruyne. Y luego, lo obvio: Mbappé, Haaland, Bellingham…
Un resultado para este Villarreal-Atlético...
Buff, creo que la balanza se va a decantar a favor del Villarreal. El Atleti está muy metido en la Champions.
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