Jesús Vázquez, el Ave Fénix del Valencia
El lateral acaba el año encadenando dos titularidades tras la incertidumbre sobre su futuro tras sufrir un trastorno neurmotor.
Tras el partido contra el Rayo Vallecano, una persona allegada a Jesús Vázquez le comentó: “Te he visto muy sólido atrás, pero estás profundizando menos de lo que puedes”. La respuesta del lateral vino a ser: ‘Sí, es verdad, pero tranquilidad, todo llegará, que hace pocas semanas tenía dudas sobre cuándo y cómo volvería a jugar al fútbol’. Jesús Vázquez pasará la Noche Buena y Navidad sintiéndose futbolista de pleno derecho, tras haber superado un trastorno neuromotor, un golpe duro en lo ánimo y físico por las incertidumbres que generaba sobre su futuro .
Dicen quienes más le conocen que la experiencia de vida le ha hecho ser otro. Ahora Jesús Vázquez valora cada instante, cada sesión de entrenamiento, cada oportunidad, una perspectiva que perdió en los primeros meses del año, tras la marcha atrás y negativa del club para dejarle salir cedido al Getafe y coincidiendo con el relevo de Gennaro Gattuso por Rubén Baraja en el banquillo. A partir de ahí jugó poco, prácticamente nada: 33 minutos en las últimas 14 jornadas de Liga.
Baraja y el cuerpo técnico ha cuidado con mimo a Jesús Vázquez desde entonces. Primero en verano, cuando el técnico le recalcó que en su mejor versión sería un futbolista importante en sus planes; después tras el problema de salud que padeció en septiembre, dándole la tranquilidad necesaria para que recuperase sensaciones y con gestos motivacionales como convocarle para el partido contra el Real Madrid para estar en el banquillo del Bernabéu aún a sabiendas de que aún no estaba para participar.
La progresión del Barcelona al Rayo
Jesús Vázquez ha seguido un plan riguroso y a la vez cauteloso de recuperación. Su dolencia no era una lesión de las habituales entre futbolista y los servicios médicos no querían correr riesgos. Las sensaciones eran la clave y Jesús Vázquez ha sabido tener la paciencia y constancia para recuperarlas. Así, Baraja aprovechó el partido de Copa del Rey contra el Arosa para darle los minutos de competición que necesitaba y a partir de ahí, darle los galones que quiere que tenga en el equipo y más cuando Gayà no está.
El lateral fue titular contra el Barcelona y el Rayo Vallecano, es decir, dos partidos en apenas un margen de cuatro días. Ello evidencia su progresión física, que también se pudo comprobar en su rendimiento, que de un partido a otro fue más. Su porcentaje de acierto de pase contra el Barcelona fue de solo el 58,3% (sobre un total de 12 pases), mientras que contra el Rayo el porcentaje aumentó al 87,5% (sobre un total de 16 pases). En Vallecas, además, realizó 5 recuperaciones, generó una ocasión, completó ocho pases en el último tercio, ganó un duelo aéreo, dos entradas con éxito y ganó cinco posesiones.
Jesús Vázquez, como el resto de los compañeros, se marchó de vacaciones con deberes bajo el brazo. Su cometido no es otro que recuperar su mejor versión física cuanto antes, porque ahora como nunca el joven jugador aprecia las virtudes de su matera prima: su cuerpo. Los parámetros que maneja el cuerpo técnico blanquinegro le sitúan entre los futbolistas con mayor explosividad y capacidades de la plantilla, al nivel de potencia de Thierry Rendall y de velocidad de Diego López, los tres capaces de correr a 33 Km/hora. Y en esas está Jesús Vázquez, en progresar en sensaciones, en renacer cual Ave Fénix.
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