Javier Baraja: “Espero que mi hermano esté muchos años en el Valencia; el club necesita banderas como él”
El hermano de Rubén Baraja tarda muy poco en aceptar la entrevista que le propone AS. Está deseando hablar del nuevo técnico che y de cómo le va en el Valencia.
Javier Baraja (Valladolid, 1980) tarda muy poco en aceptar la entrevista que le propone el Diario AS. Está deseando hablar de Rubén, de su hermano, y de cómo le va en el Valencia. Descuelga el teléfono y su voz es idéntica a la del Pipo. “Todo el mundo nos lo dice”, confiesa Javier, quien esta temporada ha vivido su primera aventura en un banquillo de Segunda División. Su experiencia en el Ibiza duró 12 partidos y ahora está esperando una nueva oportunidad.
Javier y Rubén se criaron juntos. Ambos fueron futbolistas profesionales y ahora lo son de los banquillos. En casa de los Baraja se habla mucho de fútbol, aunque ahora el Valencia y el reto mayúsculo que tiene Rubén de sacar al conjunto ché del pozo lo acapara todo. Javier, cinco años más pequeño, trabajó con Rubén en el cuerpo técnico del Rayo. Ahora, le encantaría volver a compartir banquillo con su hermano, aunque ha decidido recorrer el camino en solitario.
Desde la distancia, analiza cómo ve al Valencia de Rubén. Imposible ser objetivo porque el vínculo fraternal es muy grande, pero aún así Javier es sincero. El vallisoletano ve al Valencia como un bloque sólido y que cada vez se parece más al sello que tiene que tener un equipo del Pipo. Pocos conocen a Rubén mejor que Javier.
¿Cómo le va la vida tras su etapa en el Ibiza?
Viendo el fútbol desde la barrera, con estas limitaciones de no poder entrenar hasta junio. Estoy un poco impaciente. La experiencia en Ibiza fue enriquecedora, pero corta. Se hace el año largo cuando quieres entrenar. Ahora estoy esperando con ilusión y veremos si podemos tener otra oportunidad.
¿La vida de entrenador o de jugador? ¿Cuál es más difícil?
Son muy similares. El jugador tiene que rendir y el entrenador sacar rendimiento a esos jugadores. Es una tarea complicada porque como técnico estás muy expuesto a la opinión pública, pero eso también es bonito. Estás en el foco, aunque cuando las cosas salen bien compensa esas situaciones negativas.
¿Ha cumplido con sus expectativas el banquillo?
A mí la alegría como entrenador me la da el día a día y que el equipo juegue a lo que yo quiero. Notar cómo evoluciona un jugador es una satisfacción. He podido trabajar con la cantera y eso muy satisfactorio. A nivel profesional, al final el resultado manda. En el fútbol actual hay poco tiempo para que los entrenadores puedan implantar sus ideas porque priman más los resultados que la formación. Pero esto también forma parte de mi formación porque debemos tener esas experiencia que nos haga mejorar. Me quedo con los buenos momentos de aprendizaje y esos momentos con los jugadores.
Vamos al lío. ¿Cómo ve a su hermano?
Le veo tranquilo, consciente de lo que tiene entre manos. Las derrotas dejan un sabor amargo, pero se tiene que centrar en lo sólido que está siendo el equipo, en las dos victorias en casa y en el fortín que ha vuelto a ser Mestalla. Me quedo con la certeza de que el Valencia tiene capacidad para salvar la situación. Será bonito que Rubén sea el artífice de todo ello.
“El Valencia tiene capacidad para salvar la situación y será bonito que Rubén sea el artífice”
¿Cree que le ha cambiado la cara?
Por partes. En el Metropolitano, el Valencia se enfrentó a un gran rival, con una gran plantilla y en un momento de forma fantástico, por lo que hay que valorar lo justo la parte negativa. Hay que pensar que la línea hasta ese partido era la buena para que el Valencia se salve. Rubén está intentando implantar solidez defensiva y que los jugadores jueguen con el automático, como yo digo. La tensión extra es complicada porque los futbolistas se pueden bloquear. En ese aspecto, está trabajando muy bien. Insisto, la seguridad defensiva le está dando más seguridad ofensiva. Esto se trata de una carrera de fondo y quedan partidos suficientes para que el equipo asimile su trabajo y el grupo esté convencido de lo que hace.
Hasta el partido ante el Atlético, se hablaba de que Rubén había dejado su sello en un tiempo récord...
Lo difícil en esta situación es revertir el aspecto mental porque el Valencia no está acostumbrado a esto. Los jugadores se exponen a algo nuevo en el que el fútbol sólo no puede sacar adelante esto. También es importante la unión, el amor propio y saber dónde estás. Ese sello lo veo en el Valencia, el de solidez defensiva, un equipo junto y convencido cuando va a presionar.... Eso se está viendo. No obstante, al final marcan los resultados, pero lo más importante para un entrenador es que tu equipo se parezca a lo que quieres y trabajas en el día a día.
Usted ha pasado muchos momentos íntimos con su hermano. Lo del sueño de entrenar al Valencia... ¿Cómo lo ve?
Todos los jugadores tenemos un sentimiento. Mi caso fue blanquivioleta por el Real Valladolid, pero el de Rubén, a pesar de nacer en Valladolid, ha sido valencianista porque ha vivido lo mejor en ese club. Vive allí, tiene la familia en Valencia y para él, siendo entrenador profesional y después del tiempo que estaba parado, le venga el Valencia es un sueño. Lo importante de aquella rueda de prensa es la seguridad con la que afronta esa situación y lo capacitado que cree estar para sacar esto adelante. Ese mensaje le llega al jugador.
“La seguridad que tiene Rubén y su capacidad es un mensaje que le llega al jugador”
¿Le llama mucho su hermano para pedirle opinión?
Con la confianza que tenemos entre los dos, no hace falta que me llame porque yo le comento lo que veo antes de eso (risas). Es cierto que mi opinión puede estar desvirtuada porque no estoy en el día a día, pero sí veo que el equipo está mucho más seguro, sólido y su idea va calando poco a poco.
¿Cree que mucha gente habrá llamado loco a su hermano por aceptar el reto del Valencia en este momento?
No creo que haya pasado eso. Cuando uno tiene un sentimiento como el de mi hermano, entiende que es valencianista y el club le necesita no piensa en las circunstancias personales. Sólo valoras que es tu momento para ayudar al equipo. Las consecuencias, si son para bien, serán fantásticas y si son para mal, supondrán otra experiencia. No será un fracaso en su carrera. Va a intentarlo y era el momento de demostrar el sentimiento que él tiene por el Valencia.
“Este era el momento para demostrar el sentimiento que le tiene mi hermano al Valencia”
¿Se imagina que sale bien y el Valencia tiene entrenador para años?
No sé si por su mente pasa eso. Como dijo en rueda de prensa, él venía a ayudar al Valencia el tiempo que necesitara y eso eran estos cinco meses. A partir de ahí, ya decidirá quién tenga que decidir sobre su futuro. Rubén entiende que ahora es lo que necesita el Valencia y ya veremos en un futuro dónde llega esa relación. Espero que sea para muchos años porque el Valencia necesita banderas del valencianismo. Además, siendo Rubén lo que ha sido allí creo que se merece un reconocimiento como técnico. Pero volvemos a lo de antes, el fútbol te pone en tu sitio y al final los resultados mandarán sobre su carrera.
¿Tanto le marcó Rafa Benítez?
Eso se ve en su modelo de juego. La experiencia con Rafa en el Valencia fue muy buena. Benítez venía de apenas entrenar en el fútbol profesional, sin tener mucha experiencia, pero consiguió que un grupo de jugadores creyeran en su idea y eso fue un referente para Rubén a nivel técnico y de gestión. Cuando eres jugador y tienes una referencia que te ha marcado, intentas coger lo bueno y marcas tu línea. Benítez marcó en Rubén un hito importante como jugador y muchas de las tareas que se ven el Valencia son fruto de aquella relación.
“Benítez marcó un hito en Rubén y muchas de las tareas que se ven en el Valencia son fruto de aquella relación”
Hablemos de su relación con su hermano. Nunca llegaron a coincidir en el campo...
No. Tuvimos la mala suerte de compartir campo, pero no terreno de juego. En Zorrilla, me sustituyeron a mí en el Valladolid y el último cambio del Valencia fue Rubén. Eso fue lo más cerca que estuvimos. Es casi de comedia. Nos queda esa espina, pero quién sabe si en un futuro como técnicos lo podemos hacer.
Pero en el Rayo coinciden...
Sí. Fui ayudante dentro de su cuerpo técnico. La experiencia fue enriquecedora porque yo había trabajado apenas unos meses con Miguel Ángel Portugal tras retirarme y me supuso mucha ilusión que me llamase Rubén. En ese tiempo, en el que te estás forjando como técnico, no hay nadie mejor para que te guíe que tu hermano.
¿Le llamó Rubén para entrar en el Valencia?
Por partes. A Rubén le ha venido muy bien la figura de Carlos Marchena en esta situación. Hacen buen tándem y ya tenían una relación personal cuando eran jugadores y ese respeto viene bien en un cuerpo técnico. Además, yo no sé si a nivel federativo, después de la destitución del Ibiza, podría acompañarle. Pero yo ya tomé la decisión de entrenar por mi cuenta y se separaron los caminos. Pero también es cierto que cuando tu hermano está entrenando siempre te cabe la ilusión de poder compartir esa ilusión juntos.
¿Cómo ve la salvación en líneas generales?
Yo ya viví esta situación como jugador en el Valladolid, aunque es verdad que el Valencia ha vivido esto poco. Hay cinco o seis equipos metidos ahí, más los que pueden caer porque piensan que lo tienen todo hecho. Esto es muy largo. No todos saben gestionar esta situación. El Valencia tiene una situación complicada, pero hay muchos equipos metidos y muchos enfrentamientos directos. Además, el hecho de estar metido tan pronto abajo le va a permitir competir durante mucho tiempo por el objetivo de salvarse. La reacción es más pequeña cuando caes al final. Va a ser una lucha muy fuerte, pero el Valencia tiene un plantel suficiente para sacar la situación adelante. En cualquier equipo que está en esta situación, todo pasa por estar unidos, que la afición siga como está en Mestalla y que el mensaje del míster sea tan claro que los jugadores lo ejecuten perfectamente en bloque.
“Al Valencia le va a venir bien estar metido abajo desde hace tiempo para competir mejor”
Vaya mes de abril le espera al Valencia...
Un mes bonito. Son partidos a cara de perro. Al final, cuando hay tantos implicados, alguna sorpresa tiene que haber. Confío en que el Valencia, por el cambio que ha dado y la seguridad que tiene ahora, pueda salir de esta situación. No va a ser fácil porque habrá semanas en las que salgas del descenso y estés eufórico y otras, como esta semana, que estés abajo porque has perdido un partido. Lo que hay que buscar es la regularidad, la confianza y que el jugador se sienta liberado para ejecutar lo que le pides.