Javi Hernández se cuela en los intocables de Borja Jiménez
El defensa se ha convertido en uno de los imprescindibles pese al revuelo que suscitó su retorno al Leganés. Con 427 minutos, sólo Sergio y Soriano (450) han jugado más.
Retornó en el anonimato. Casi camuflado en una rutina que para él ejercía de bendita niebla con la que hacer olvidar lo ruidoso de sus dos anteriores salidas. “Mantente en silencio y trabaja duro”, escribió en su Instagram junto a una foto de su primer entrenamiento veraniego en el Leganés. Javi Hernández ha cumplido. Sin levantar la voz. Pidiendo perdón por si su búsqueda de minutos en Primera en Girona y Cádiz había molestado a alguien. Fue un adiós feo. Pero el interés mutuo ha enterrado las rencillas para mutarlo en algo diferente. En un intocable de Borja Jiménez.
En el actual inicio de temporada, este lateral zurdo reconvertible a central se ha colado en el pódium de futbolistas imprescindibles para su entrenador. Tras Juan Soriano (450 minutos) y Sergio González (450 minutos) el tercero con más minutos jugados (427) y también el único que, con sus otros dos compañeros, no ha rotado nada. Siempre titular. Cero descanso para un jugador que, contaba Borja Jiménez al inicio de curso, fue uno de sus anhelos cuando se estrenó en el fútbol profesional a los mandos del Cartagena. También antes.
“Cuando firma con el Leganés [en el verano de 2020] estoy detrás de él para el Cartagena. Cuando estuve en el Mirandés [un año antes], también, que salió del Poli Ejido y se fue al Oviedo [en lugar de escoger la oferta del Mirandés]. Es un jugador con unas características muy difíciles de encontrar en el mercado. Tenemos la suerte de que es nuestro”, comentaba en la previa del estreno liguero ante Las Palmas.
Indiferencia y bisagra táctica
En ese partido y ante el Mallorca, el dolor por cómo Javi Hernández abandonó Butarque en 2022 y 2023 dejó paso a la indiferencia. Una suerte de indulto por la vía del silencio que el gaditano (26 años) ha sabido aprovechar para mantener un rendimiento alto. Su versatilidad táctica, además, es la que está permitiendo que su entrenador desarrolle una nueva modalidad de dibujo. Mal no le está yendo. Ya en el primer partidio dio la asistencia de 0-1 a Juan Cruz frente a Osasuna y contra el Betis le dio a Haller la de su primer gol en Primera. Se lo anularon por fuera de juego, pero el centro llevaba violines.
El Leganés despliegue un 4-2-3-1 que a veces (dependiendo de quién esté por delante) puede ser 5-3-2. A él, a Javi, le toca ejercer a medio camino entre el central y el lateral en un rol que blinda en la retaguardia a Enric Franquesa, ahora reconvertido a extremo con puntos de partida para el ataque mucho más adelantado, aunque en ocasiones con funciones defensivas más propias de un lateral.
Sea como fuere, el caso es que la defensa ha rotado al completo por decisiones tácticas o descanso en una agitación que, de momento, no le ha afectado. Javi Hernández es un fijo que continúa haciendo valer su lema de principios de temporada para tratar de ganarse un hueco en el once ideal pepinero y, con “silencio” y “trabajo duro”, lograr que se pase del enfado de su afición, al perdón y de ahí, de nuevo a la idolatría, como cuando en las dos temporadas que disputó con los pepineros fue de los mejores.
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