Javi Guerra, un gol eterno con solo 19 años

Javi Guerra (Gilet, Valencia, 2003) nunca olvidará la noche del 27 de abril de 2023. El día de su gol al Valladolid, un gol que si el Valencia consuma la permanencia tenga rango de eterno, porque siempre se recordará. Mestalla lo celebró con frenesí y transcendencia, como 40 años antes uno de Miguel Tendillo al Real Madrid, que evitó el descenso a Segunda, o como 21 años antes dos de Rubén Baraja al Espanyol, curiosamente también un 27 de abril, que acercaron al Valencia al primero de los dos títulos de Liga con Rafa Benítez.

Guerra recibió el balón de Ilaix, “no veía un pase claro” y amagó. Se marchó de su defensor conduciendo con la derecha y “me dio por tirar a puerta” con la otra pierna. Zurdazo, pepinazo, golazo. El balón entró casi por la escuadra de Masip y la locura se adueñó de Mestalla. Era su segundo gol de la temporada, el otro se lo marcó al Espanyol B con el filial ché, donde a las órdenes de Miguel Ángel Angulo ha potenciado sus virtudes hasta ganarse primero la confianza de Voro, que le convocó para viajar al Santiago Bernabéu, y ahora de Baraja, que le hizo debutar en Primera contra el Sevilla y le dio continuidad ante Elche y Valladolid.

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Guerra es un centrocampista que puede actuar de ‘6′ y de ‘8′ según necesidades de su entrenador de turno. Sus 188 centímetros le dan presencia, aunque el físico no es su única virtud. De él destacan los técnicos de la Academia del Valencia su “coordinación”, “potencia” y “elegancia con balón”. Internacional por España en categoría Sub’19, Guerra es un medio de los que rompe líneas y tiene llegada al área, como demostró precisamente ante el Valladolid.

Tiene contrato hasta 2024... pero está apunto de renovar

El Valencia está en negociaciones con su agencia de representación para ampliar su contrato. Las conversaciones están próximas al acuerdo y su explosivo gol del jueves solo hará que acelerar la firma. Guerra tiene contrato hasta 2024 y su interés hoy es más deportivo, consolidarse en el primer equipo, que económico. El centrocampista es un habitual en los entrenamientos del Valencia desde la llegada de Gattuso y también lo fue con Bordalás, que fue quien le hizo debutar en Copa del Rey contra L’Hospitalet. Si bien ha sido Baraja quien menos ha tenido en cuenta su DNI.

Llegó en 2019 tras desvincularse del Villarreal

Guerra cumple su cuarta temporada en la Academia del Valencia, donde llegó en el verano de 2019 procedente del Villarreal. Un cambio laboral de su padre le acercó a Paterna, donde ningún técnico dudó de la idoneidad de su incorporación. El fichaje de Guerra por el Valencia no se le puede atribuir a nadie concreto, porque él ya era un conocido entre cualquier ojeador del fútbol base de la Comunitat Valenciana.

El centrocampista dedicó su debut en Primera contra el Sevilla a su “abuelo” Antonio. Él no pudo estar ese día, aunque sí el pasado jueves. Antonio es quizás la persona que más kilómetros ha realizado para acompañarle tanto a Vila-real como a Paterna. De hecho, como el propio Guerra ha confesado, los primeros golpeos a un balón que recuerda con los que daba durante las vacaciones en Canet con su abuelo, que ha estado a su lado durante su trayectoria allá donde ha jugado.

En el Valencia ha pasado por el Juvenil B, el A y este año con el filial ha disputado 25 partidos. De hecho sus actuaciones llamaron la atención en enero de varios clubes de Segunda División. Pero él decidió no moverse y claro, ahora, hay un antes y un después a lo sucedido el pasado jueves por la noche. Los técnicos de formación del Valencia tienen claro que tanto Guerra como el central Mosquera están listos para ser el año que viene futbolistas del primer equipo a todos los efectos. Y por ahí van los tiros en los pormenores de su renovación.

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