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ATHLETIC 1- SEVILLA 1

Jauregizar: “Parecía que estaba poseído”

El centrocampista bermeano se estrenada marcando en Primera ante el Sevilla con una celebración eufórica: “Noto la confianza que el míster deposita en mí”, reconoce.

BILBAO (ESPAÑA), 29/09/2024.- El centrocampista del Athletic Jauregizar (2i) celebra tras anotar el 1-0 durante el partido de LaLiga entre el Athletic de Bilbao y el Sevilla disputado este domingo en el estadio San Mamés en Bilbao. EFE/ Miguel Toña
Miguel ToñaEFE

Mikel Jauregizar (2003) se hace mayor en Primera División, se doctora y hasta es titular ya en algunos envites con el Athletic. Ante el Sevilla fue el mejor de los leones comandando la sala de máquinas, rascando y marcando un gol de latigazo pisando área. Significaba su estreno como goleador en la élite y no sabía ni cómo celebrarlo: “Los compañeros me han dicho que parecía que estaba poseído. Es una ilusión marcar el gol y celebrarlo con la afición. Es una pena el resultado pero hay que seguir trabajando”, significa el volante rojiblanco.

Las lesiones de Prados y Herrera le allanan la senda. En la acción del 1-0 al Sevilla ni se lo pensó: “Tenía en mente que me iba a caer la pelota, me cae y he decidido darle al primer toque, lo importante es el gol y sumar”, despeja un Jauregizar que se rodó en diez partidos en la pasada temporada a las órdenes de un Valverde que le adora y pondera. “Noto más confianza depositada en mí. Es fruto del trabajo, estoy muy contento con las oportunidades que me da el míster. Las intento aprovechar”, remata, ha reconocido. El gol se lo dedica a sus seres más queridos, sus “padres”, su hermano y a sus amigos, insertados en la Herri Harmaila. “Siempre me dicen que tengo que meter gol”, recuerda.

Pese a su corta edad recuerda, con el AZ Alkmaar este jueves en San Mamés a la vuelta de la esquina, “noches mágicas”- califica- europeas del Athletic de Bielsa de las que ahora puede escribir sus renglones en primera persona: “Contra el United, Schalke, Sporting de Portugal… Yo era muy pequeño, pero San Mamés era una caldera, una locura”, destaca.

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