Isi Palazón: “Yo soy ambicioso, pero en el Rayo Vallecano estoy feliz”
El extremo es el pichichi del Rayo, con siete goles, y también su máximo asistente, con cinco. Duplica sus cifras de la pasada temporada: sumó dos dianas y cuatro asistencias.
Isaac Palazón (Cieza, Murcia, 1994) desata la locura allá por donde pasa. Antes de su cita con AS luce una pancarta en el entrenamiento pidiéndole un autógrafo y durante la misma suenan, en repetidas ocasiones, gritos de ‘Isi, Selección’. Algunos de aficionados; otros de compañeros. Es un tipo querido. Su desparpajo y su calidad avalan esta tesis. Su gol de volea a Osasuna recordó a Zidane, el ídolo de su infancia. Él lo es de Vallecas, el lugar donde vive. Su sitio.
—Se ha desatado la Isimanía, ¿cómo lo lleva?
—Con la mayor naturalidad posible. El mundo del fútbol cambia en nada. Un día puedes estar muy arriba y otro, abajo. Intento disfrutar del momento. Me lo he ganado. He trabajado mucho para llegar hasta aquí.
—Vallecas, Cieza… tiene a todos revolucionados.
—Está siendo un momento muy bonito a nivel personal, aunque no me gusta hablar de lo individual en este deporte. Lo de la afición es de agradecer. Hay gente que siempre me espera y mira que tardo en salir porque me quedo tratándome. Cuando estás de mal humor porque el partido no ha ido bien, te sube el ánimo.
—¿Cuántas veces ha visto su gol de volea a Osasuna?
—Estuve el pasado fin de semana en Cieza. La gente, que me conoce, me paraba todo el rato para enseñármelo. Me lo ponían y les decía: ‘Ya, si lo he visto 50.000 veces’ (risas). Los críos están muy ilusionados. Me encanta hablar con la gente.
—Fue un gol muy de Zidane, su ídolo de niño…
—A mi padre siempre le ha gustado y al final nos llama la atención lo mismo que a ellos. Me fijaba mucho en su manera de jugar. ¡He tenido de compañero a Luca y nunca se lo he dicho! Imagina cómo debe estar de que le hablen de su padre (risas).
“Mi padre me metió caña por el penalti con Trejo. Fue un exceso de valentía”
—Su padre Isaac le diría el otro día que se hizo un Zidane...
—No, no. Mi padre es prudente con lo bueno, que para eso está el resto (risas). Ya me tuvo que meter caña con lo del penalti. Cuando me dice algo es por algún error que he cometido o algún gesto que no le ha gustado.
—¿Qué le comentó por el penalti indirecto errado?
—Que quizás no era el momento y que era muy difícil por el tema del VAR, pero que la vida es de valientes y hay que intentarlo. Él trata de ver siempre el lado positivo de las cosas. Lo del penalti ha quedado en una anécdota que recordaremos mucho tiempo.
—¿Ahora, con perspectiva, cómo lo percibe usted?
—Fue exceso de valentía. Con el VAR es difícil que salga, pero son milésimas de segundo para decidir. Trejo y yo lo hicimos así y bueno… una anécdota.
—¿Qué sintió cuando marcó ese gol de Osasuna, que puso punto y final a la mala racha? Vallecas coreó: ‘Isi, Selección’.
—Felicidad. No se puede explicar... Ver a la gente… Me fijo en las caras cuando voy a celebrar un gol, mío o de mis compañeros. Por otro lado, me venía a la mente lo del Girona, que íbamos ganando y al final nos empataron. Pensaba en dar lo máximo hasta el 90′, hasta que no pudiese más. No quería que la victoria se nos escapase.
“Me gustaría trabajar con Imanol. Me encanta su forma de ser y de jugar”
—Ya con la salvación muy encarrilada (40 puntos), ¿se puede soñar con Europa?
—El equipo siempre ha sido muy cauto en eso. Aprendimos de la experiencia del año pasado. La mayoría de los jugadores hemos cogido más rodaje en Primera, sabemos la dificultad de ganar… Y en las segundas vueltas todos aprietan. Al final, malacostumbramos a la gente, porque también somos personas y tenemos bajones físicos, mentales... Los demás sólo nos ven el fin de semana y debemos ganar, pero hacerlo en Primera es difícil. El Rayo, a pesar de la mala racha, ha sabido disfrutar y trabajar. Éramos conscientes de que la victoria terminaría llegando. La gente está también más tranquila… Aún quedan muchos puntos y cuantos más consigamos, mejor.
—Vienen dos toros de peso, dos rivales importantes (Real Sociedad y Barça), pero el equipo está preparado para competir. Vamos con mentalidad ganadora. Estamos sacando buenos resultados contra los grandes. Esperemos que siga así…
—Ha confesado que le gustaría tener a Imanol Alguacil como entrenador en un futuro…
—Me gustaría. Está haciendo las cosas muy bien en la Real. Me encanta su forma de ser y de jugar, asociativa… Incluso su lenguaje corporal, cómo se dirige a sus jugadores desde el banquillo. No lo conozco personalmente, pero algunos compañeros me han hablado de él y destacan que es muy buena persona y muy buen entrenador.
—Recibirán al Barça el próximo miércoles, a las 22:00 horas...
—¡Pero sabemos que la gente de Vallecas no va a fallar! Para nosotros es un disgusto, porque cuando viene un grande queremos que el barrio pueda disfrutar. A pesar de tener que trabajar al día siguiente, pongo la mano en el fuego por la afición, que irá y nos apoyará.
“RdT tiene un corazón increíble y el gol le corre por las venas”
—¿Qué es lo mejor y lo peor de ser Isi ahora mismo?
—Lo mejor, el momento que estoy viviendo. ¿Lo peor? No hay nada de lo que pueda quejarme. Mi mentalidad cambió hace mucho. Eso ha sido parte del éxito. Y en los momentos malos, intento ver lo positivo.
—Siempre que marca, el Rayo puntúa. Sus números muestran una evolución…
—A principio de temporada lo dije, quería dar un paso al frente en cuanto a las estadísticas. Este año tengo más repercusión porque los goles mandan. Desde el cuerpo técnico me están dando confianza con el balón parado… A nivel colectivo, todos hemos dado un paso adelante para que este Rayo pueda hacer algo bonito. Y eso es importante porque se nota que el equipo tiene ambición.
—¿Está en su mejor momento?
—Posiblemente sea el mejor momento de mi carrera. Mi parte externa me dice eso, pero internamente sé que puedo dar más y soy ambicioso. Tengo margen de mejora y podemos conseguir muchas más cosas, en lo individual y en lo colectivo. Eso me hace tener lo pies en el suelo.
—Hablando de goles y de confianza, ¿cómo está RdT?
—Coincidimos en el cadete de primer año del Real Madrid. Raúl me ayudó mucho porque era la primera vez que yo salía de mi pueblo y él estaba en la residencia, a pesar de ser de Madrid. Y como los dos éramos un poco revoltosos (risas), estábamos juntos de lunes a viernes. La liábamos en el colegio… buah. Nos castigaban mucho. Es un tío de puta madre. Mucha gente lo tacha por su fachada, pero tiene un corazón increíble. Todo el mundo sabe la capacidad que posee y, que no estén entrando, no quiere decir nada. A Raúl de Tomás le corre el gol por las venas.
—¿Cómo lleva eso de escuchar: ‘Isi, Selección’?
—Es difícil porque a veces el halago te debilita. No quiero que esos comentarios lo hagan. Lo de ‘Isi, Selección’ me hace mucha gracia porque soy una persona que tiene carisma, que cae bien… Lo sé. Pero aquí en la plantilla hay jugadores, no sólo Isi, que podrían ir a la Selección. Si no fuese yo y fuese otro compañero estaría igual de feliz o incluso más.
—¿Cómo han vivido esos momentos de las listas?
—Siempre estamos a la espera de que algún jugador del Rayo aparezca. La esperanza es lo último que se pierde... Cuanto mejor vayan las cosas en lo colectivo, más oportunidades tendremos de ir cualquiera de nosotros.
—Su historia de superación atrapa. Real Madrid y Villarreal lo rechazaron, trabajó en la huerta y ahora está triunfando...
—En Ponferrada y aquí he tenido grupos muy humanos, en los que nadie se ha creído más que nadie. A todos nos ha costado mucho llegar a la élite. Nos lo han puesto difícil. Y eso te hace valorar las cosas. Este vestuario es cercano y disfrutón. Me he llevado muchos noes. Bueno, como todos. Tú, yo… He sido muy constante y he creído mucho en mí. La gente de mi alrededor me ha ayudado y eso es importante. He tenido momentos difíciles, pero como todos. Los míos no lo han sido más que los de los demás. Porque te rechacen tres o cuatro veces no quiere decir que no valgas. A lo mejor no era el sitio o el momento adecuado.
—Pero sí pensó en tirar la toalla…
—Sí. Fueron clubes que entienden mucho de fútbol… Lo que me sostuvo fue mi entorno.
“Si no voy yo con la Selección y llaman a un compañero estaría igual de feliz o más”
—No olvida sus orígenes, celebra sus goles recogiendo melocotones...
—Las cosas me están yendo bien, pero no hay que olvidarse nunca de tu gente. A mí Cieza me ha dado mucho. Y veo el esfuerzo, la constancia… de la gente para llegar a fin de mes. Mi familia también es humilde, ha trabajado toda la vida.
—Ahora vive en Vallecas…
—Sí, en el Ensanche. Es calidad de vida estar aquí al lado. Ahora me he comprado una casa, porque es una inversión. Estoy muy feliz en Madrid. Me gusta estar en la calle, ver gente, poder hacer lo que quiera cualquier día de la semana, la gastronomía… Y estoy cerca de casa. Cuando jugué en Ponferrada mis padres podían subir poco. Aquí, cada fin de semana tengo a mis amigos y mi familia. Es un paseo.
—¿Y cómo es el día a día en Vallecas? Un día creó expectación en un Mercadona...
—No es que me guste, pero hay que ir a hacer la compra (risas). Ayudo con las cosas de la casa. La gente es muy respetuosa, cuando salgo a tomar un café o a comprar nunca tengo sensación de agobio. La gente me mira, sabe quién soy, los saludo… Pero aquel día había demasiados niños en el Mercadona (risas). Se soltó uno y ya fueron todos. Luego llegué a casa y lo leí en Twitter, pero no fue para tanto.
“Que te rechacen no significa que no vales. Quizá no era el momento”
—Va a hacer un campus en verano.
—¡Sí! ¡Será muy chulo! Estoy muy involucrado con el pueblo. Ahora soy una persona conocida allí y me gusta estar con los niños. Siempre ando así porque, como vivo en un colegio, están los críos por allí.
—¿En un colegio?
—Mi padre es el conserje y vivimos dentro del recinto. Tenemos como una casita. Ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en la vida porque tenía un patio para mí solo. Llamaba a mis amigos, en plan, veniros aquí a jugar al escondite, al baloncesto, al bádminton… a lo que sea. Mis capacidades técnicas y físicas han evolucionado más porque si no hacía un deporte, hacía otro. Eso ha sido fundamental.
—Los aficionados temen que se marche… ¿Isi se queda?
—Tengo contrato y aún me quedan muchos años aquí. Estoy feliz y le doy mucha importancia a eso... También soy ambicioso y quiero seguir avanzando en mi carrera, pero de momento me veo aquí porque soy feliz.
—¿Da vértigo pensar en el futuro? Muchos terminan contrato, empezando por el míster…
—Hay que estar tranquilos y acabar la temporada lo mejor posible. Soy cortoplacista, no me gusta pensar más allá de la Real. Cuando termine la Liga, seguro que el club hará un esfuerzo por diseñar un equipo competitivo. El míster se ha ganado decidir dónde ir. Y su decisión, bien estará...