Isco, capítulo dos
Los focos, de nuevo, se posarán sobre el malagueño, que brilló en el debut liguero. En el recuerdo, su impecable actuación ante el Atlético en 2017.
Isco quiere más tardes de gloria como verdiblanco. El malagueño centró las miradas en el estreno liguero del Betis y pretende confirmar ahora que su irrupción desde la nada no es ninguna casualidad. Tomó los galones que le entregó Manuel Pellegrini, quizás su mejor aliado en Heliópolis, y recordó al Isco que bailaba con el balón en el Real Madrid. Con 31 años, Isco quiere volver a empezar. Y ante el Atlético tendrá una nueva oportunidad para extender su candidatura.
Hay particularidades en la puesta en escena de Isco en este plan de Pellegrini. El chileno le da libertad en tres cuartos al más puro estilo Fekir. Desde ahí, sirve de enlace con las piezas más ofensivas y puede aplicar su rol más creativo, el que lo convirtió hace años en una de las referencias del fútbol europeo. Pero las exigencias de un duelo ante el Atlético de Madrid pueden variar algo más ese rol. Sus obligaciones a nivel defensivo serán mayores y Pellegrini confía en que sepa responder a ello con la misma eficiencia que en su estreno de Villarreal.
Isco tiene además recuerdos de grandeza ante el Atlético. En 2017, lideró al Real Madrid en su camino hasta la final de Champions en Cardiff gracias a una actuación diferencial en esa derrota por 2-1 ante el conjunto colchonero. Su tanto y su brillo significaron media final. Era un Isco desatado en la construcción y en los espacios. Esa versión diferencial quiere estar de vuelta, aunque aún le quede mucho por demostrar.