Imprudencia mercantil
Justo un día después del cierre del mercado, el Madrid pagó caro en el derbi su insistencia en no fichar un central... Ancelotti quería, pero el club no.
La imagen de Carvajal, golpeando los puños contra el suelo tras el gol de Llorente, fue la mejor expresión de la impotencia aérea del Madrid en el derbi. Además de ese empate postrero, el gol anulado antes a Savic también llegó como consecuencia directa del dominio rojiblanco del cielo techado del Bernabéu. Justo un día después del cierre del mercado invernal, el Madrid compareció en el gran partido madrileño con un central y medio. Nacho, el cuarto en el escalafón de Ancelotti, y Carvajal, 173 centímetros de bravura, pero cuyo curriculum vitae en esa posición era de quince minutos hace dos años. La imprudencia de la entidad de no fichar un central en ninguna de las dos ventanas disponibles (la de verano y la recién terminada) vino a morderle en el trasero sin tener que esperar mucho tiempo. Sólo un partido. Rüdiger no pudo ser Rambo y el Madrid se quedó sostenido con palillos.
No menos paradójico en todo esto fue que su rival, el Atlético, contaba por segundo partido con el recién aterrizado Gabriel Paulista, justo el perfil (solución temporal y low cost) que podría haberse explorado en Chamartín. La decisión llegó desde la cúpula. Ancelotti estaba más que dispuesto a recibir un refuerzo para esa zona tan sensible y tan menguada por las lesiones, pero el Madrid optó por llevar el ahorro al extremo. La hucha no se toca pensando en un crack en julio. Ni opciones foráneas ni echar mano de algún canterano (Rafa Marín...) recuperable. Con lo puesto, Nacho y un Rüdiger con un hematoma del tamaño de Alemania, despidió el Madrid el mercado invernal, una segunda oportunidad para enmendar déficits arrastrados del verano. O situaciones inesperadas entre ambas ventanas, como la rotura de cruzado de Alaba. Ni por esas.
El Madrid sufrió lo esperado en el derbi. Sólo Nacho logró ganar un duelo aéreo, pero no fue el más decisivo, ese que aprovechó Llorente en el minuto 93. Una acción en la que todo se origina en una pelota muy alta en el área en la que se impuso Memphis. El único otro ganado por un jugador madridista en defensa fue Camavinga, uno de los designados por Carletto para incrustarse (se alternó en ese papel con Valverde) para ‘incrustarse’ entre Nacho y Carvajal en fase defensiva. Al Madrid le remataron ayer de cabeza seis veces: el dato más alto de la temporada junto a otros seis tiros de cabeza en el Sevilla-Madrid de octubre (1-1, como ante el Atleti). Curiosamente, ese día marcó Carvajal de cabeza...
La lluvia de balones aéreos la encauzó casi siempre el equipo de Simeone. Antes de ese gol anulado y en un córner casi calcado en el minuto 23, Savic estuvo a punto de hacer uno que sí hubiera sido legal. En el 35′, fue Saúl el que generó con un cabezazo otra ocasión de gol. El Atleti que noqueó al Madrid en el Metropolitano a base de goles de cabeza de Morata, esta vez incluso tuvo el camino más expedito.
Rüdiger y Tchouameni, al rescate
Una problemática que no queda en el derbi aunque Ancelotti prefirió poner al mal tiempo buena cara. “Lo que ha pasado ha sido un partido especial, se han caído dos jugadores que pueden ser centrales. El próximo partido les tendremos a los dos”, avanzó Carletto al ser preguntado el porqué de no acudir al mercado a por un central. Esas dos soluciones para el sábado contra el Girona en un partido esencial para el devenir de la Liga son Tchouameni, una vez cumplida su sanción, y Rüdiger, al que se espera recuperado. Aún así, mejoría para seguir prácticamente con lo justo. Porque otro de los centrales de emergencia, como los designó el entrenador blanco, es Camavinga... que está apercibido de sanción.