Honores para Oier
Recibe el Pañuelo de Pamplona, aunque no puede acudir. Bonito acto en el Salón de Recepciones de la Casa Consistorial a las doce del mediodía.
Pamplona ha celebrado este jueves, con las calles del centro de la ciudad abarrotadas, el Privilegio de la Unión, el tratado que dio lugar al nacimiento de la ciudad al unir los tres burgos existentes en 1423. La salida de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos ha hecho que, desde primera hora de la tarde, cientos de familias llenaran las calles más céntricas. La Comparsa ha guiado al desfile municipal en Cuerpo de Ciudad hasta la catedral, donde se ha hecho una ofrenda floral y se ha rezado un responso ante el mausoleo de Carlos III.
Tras dos años sin celebración en las calles, este jueves Pamplona ha vuelto a conmemorar esta fecha histórica cuando se cumplen 599 años del Privilegio de la Unión. Las carreras delante de los cabezudos y las fotos con los gigantes se han repetido, ya que las ganas de los más pequeños por volver a ver a la Comparsa no han cambiado desde los Sanfermines celebrados en julio. Tras la ofrenda floral en la Catedral, los gigantes han bailado en la Plaza Consistorial, ha bailado el grupo de danza Duguna y la Plaza del Castillo acoge a última hora un concierto de La Pamplonesa y el Orfeón Pamplonés.
Los honores del día se los han llevado los que fueron capitana y capitán la pasada temporada de los primeros equipos femenino y masculino del C. A. Osasuna, Mai Garde y Oier Sanjurjo, que han recibido el Pañuelo de Pamplona-Iruñeko Zapia en un acto que ha tenido lugar en el Salón de Recepciones de la Casa Consistorial a las doce del mediodía. Oier no pudo acudir, por su compromisos con el AEK Larnaka.
De esta manera se reconoce a ambos “su dedicación, sacrificio y tenacidad”, así como su implicación en causas sociales, con las que “han sido y serán un ejemplo para muchas niñas y niños de nuestra ciudad, que ven en ambas personas un referente de valores positivos”.