Haller vive aislado en ataque
El Leganés no termina de encontrar la fórmula para que su delantero brille en ataque. Ante el Rayo tocó sólo tres balones en el área. Borja Jiménez sigue buscando fórmulas.
Sébastien Haller empieza a notar en sus propias carnes el reto que supone para él cambiar un equipo como el Borussia Dortmund, siempre aspirante a todo en la Bundesliga y subcampeón de la última edición de la Champions League, por el Leganés, recién ascendido a Primera y, aunque con escaso bagaje en la élite, en cierta medida novato de una categoría que no pisaba desde hace cuatro años. El delantero costamarfileño vive aislado en un ataque en el que apenas ha podido lucir ninguna de las virtudes que lo transformaron hace apenas un par de temporadas en el recambio de Haaland tras su salida al Manchester City.
El asunto comienza a dibujar en su perfil cara de desesperación visto que los balones son asunto preciado de los que apenas disfruta durante los partidos. En Vallecas, por poner un ejemplo, jugó 74 minutos en los que tocó sólo 20 bolas (sólo tres dentro del área), perdió ocho esféricos y sólo conectó nueve pases de los 13 que intentó. Un remate en la segunda mitad (alto, no entre palos) fue su máximo bagaje ofensivo aprovechando uno de los tres balones que, precisamente, tuvo la ocasión de acariciar dentro de la zona de castigo del Rayo.
No difirió demasiado de lo que pudo demostrar en los otros tres partidos de Liga que ha disputado hasta ahora. De titular fueron dos: su estreno ante el Betis y ante el Athletic. En ambos estuvo aislado, pero al menos pudo lucir pegada con dos goles, ambos anulados por ligeros fueras de juego en sendos remates de cabeza que demostraron su poderío aéreo.
Desconectado del equipo
El problema es que Haller no termina de gozar de oportunidades para lucir ese potencial. Ante el Betis, por ejemplo, sólo recibió cuatro balones de sus compañeros procedentes del campo contrario y contra el Athletic fueron siete, aunque la ocasión más clara para los pepineros en el partido se la fabricó él mismo en combinación con Miguel de la Fuente… partiendo desde su propio campo.
Ante el Getafe, Borja Jiménez le dio descanso para evitar lesiones visto que los pepineros solo tuvieron 48 horas de descanso entre duelo y duelo. Salió en el 74′ y, de nuevo, fue elemento aislado, con apenas ocho balones tocados y, eso sí, 100% de efectividad en los duelos que protagonizó.
Compañeros de baile
Datos de escasa participación que tienen que ver más con los mecanismos colectivos que con su voluntariedad y esfuerzo por tratar de tener presencia en el juego blanquiazul. En estos cuatro choques, Borja Jiménez ha alternado todo tipo de mecanismos sin terminar de dar con la tecla del que realmente haga brillar más a su jugador franquicia. Ante el Betis probó con Juan Cruz de segunda punta y no terminó de cuajar.
Ante el Athletic alineó juntos a Miguel y Haller y, por ahí sí, hubo algo más de fluidez. Frente al Getafe, cuando salió al verde, jugó como delantero de referencia acompañado de Raba de manera puntual y, contra el Rayo, lo hizo con Juan Cruz y Altimira de extremos, pero ambos a pie cambiado, lo que tampoco ayudó a nutrirle de balones aéreos o interiores.
Ahora, ante el Valencia, el Leganés tendrá una nueva ocasión de buscarle encaje antes de un parón por selecciones que, esta vez sí, mandará a Haller con Costa de Marfil (en el anterior parón pidió él parar para adaptarse a su nuevo equipo) y hará inviable tenerlo para nuevas pruebas que le permitan mejorar su rendimiento individual y, con él, el colectivo.
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