Güler encuentra el “don”
En el Madrid es 14º en minutos, pero con Turquía es vertebral y ha sido decisivo durante el parón. Marcó el gol de la remontada ante Islandia y forzó un penalti.
Un parón reconstituyente. Por minutos, importancia y rendimiento. Dos victorias de Turquía, ante Montenegro e Islandia, con Güler como dinamizador. Decisivo, especialmente en la remontada ante los vikingos. Con 1-0 forzó un penalti. Çalhanoglu resbaló y golpeó con ambos pies. Anulado, pero ya con 2-2 en el marcador, el de Altindgag apareció en el área para empujar a la red el tercer tanto turco. Akturkoglu sellaría un triunfo a lomos de Güler. Porque más allá de lo tangible, brilló en lo demás. Si el Madrid es terreno pedregoso, Turquía es un jardín para Arda.
“Estamos muy contentos, veníamos de un camino complicado y a un campo difícil, pero nunca nos rendimos”, expresó con liderazgo tras el duelo. Porque el paisaje no era halagüeño para un combinado, el turco, de talento y toque. Islandia es un rival rocoso y las bajas temperaturas congelaron por momentos las ideas de los de Montella. No las de un Güler que aportó verticalidad en campo contrario y buscó la portería rival. Hasta seis veces probó suerte. Dos entre los tres palos, gol inclusive, uno fuera y otros tres bloqueados por el muro islandés. Voluntad que terminó derivando en premio. En ese “don” que deslizó Ancelotti la temporada pasada y que estaba siendo esquivo en este inicio con el Madrid.
Dos realidades
Si la temporada pasada enjauló seis goles en 440 minutos, uno cada 73′, y fue la supernova del tramo final, en la actual se le ha resistido la red. Son 291 minutos y 10 encuentros. “En este tramo ha jugado más que el año pasado”, contextualizó el de Reggiolo hace poco. Una realidad que no esconde que las oportunidades no han sido continuas. Ni en duelos de rimbombancia. Ello no implica que la confianza que le profesa el italiano haya menguado, ni mucho menos. Carletto fue una figura fundamental para que Arda terminase fichando por el Madrid y ese sentir no ha cambiado.
Aunque la competencia que tiene es feroz, Güler se siente listo para cotas mayores. Pero asume y trata de exprimir los oasis con Turquía para buscar que germinen más oportunidades. “Estoy feliz por jugar, los minutos me ayudan a mejorar”, cerró. Porque su mente sólo piensa en blanco. Ya optó por no escuchar los múltiples cantos de sirena en forma de cesión en su primer verano, táctica repetida hace unos meses. Novias tiene muchas, su Fenerbahçe sin ir más lejos, pero objetivos sólo uno: triunfar en el Bernabéu.
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En el Madrid es el 14º en minutos, pero en Turquía es vertebral. No sólo en el futuro, también al conjugar el presente. Titular en cinco de los seis partidos de la Eurocopa, sólo se ha perdido ocho minutos (más los descuentos) en los cuatro siguientes (tres victorias y un empate). Dos ventanas FIFA que sirven a los sultanes para encabezar su grupo de la Liga B de la Nations. Güler vuelve a Madrid con la confianza reforzada y el “don” pulido.
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