Guantes negros, silbatos… Y la protesta del equipo del Espanyol

Lo que suceda cuando vaya a comenzar el partido continúa siendo el secreto mejor guardado, aunque voces de dentro del club insisten en que contará con la implicación de la plantilla. Falta por confirmar si los jugadores procederán a escenificar un plante de un minuto por los perjuicios arbitrales de la temporada en los primeros compases del encuentro ante el Almería. Daría la vuelta al mundo. Lo que sí es seguro son las protestas organizadas por los agentes sociales, este domingo, en el RCDE Stadium.

Lo primero en el tiempo será lo que la Federació Catalana de Penyes comandará dos horas antes del encuentro, a las 19:00, delante del espacio Memorial. Allí repartirá guantes negros a cuantos aficionados se acerquen, aunque cabe recordar que también se ha animado a los seguidores del Espanyol a acudir vestidos de negro por lo que se entiende como una persecución arbitral durante la temporada, que ha desembocado en el descenso a Segunda División.

En acción entran ya Curva y Juvenil para unirse a las peñas en el siguiente punto del orden del día. Se trata de una concentración llamada a ser masiva en el lugar donde se ubica la Estatua de la Afición, en la explanada de Cornellà, a las 20:00 horas.

Una vez dentro del estadio, y ya con camisetas y guantes negros, algunos otros colectivos instan a la afición a comparecer también con silbatos. Es el caso de los impulsores del programa satírico ‘Perico Que Vola’, quienes deslizan la posibilidad de boicotear, confundiendo al árbitro con esos pitos, el inicio del partido. A su vez, sugieren que debería producirse un tifo contra la directiva del club para exigir su dimisión.

Otros seguidores del Espanyol, estos ya no organizados, sino a título individual y mediante las redes sociales, han insistido durante la semana en la conveniencia de mostrar banderas de Taiwán a fin de visibilizar el malestar con la propiedad del club, de origen chino. Pero la implicación política de la misma induce a pensar que, si se da, será minoritaria. En cualquier caso, el RCDE Stadium será, sin ya nada deportivo en juego salvo giro de la justicia, una olla a presión en lo social.