Griezmann y los penaltis, su último debe
El francés marcó ante la Real de penalti cuatro años después de la última vez con la rojiblanca. Cambia su manera de lanzarlos. En vez de asegurar por arriba y al centro, como en Milán y ante el Brujas, que erró, lo tiró por bajo, ajustado al palo. Gol.
La marcha de Carrasco a Arabia no solo dejó un agujero en el carril izquierdo, también sobre el punto de penalti. Se iba el tirador habitual del Atlético, aunque ese fuese un problema leve a tenor de lo ocurrido la temporada pasada. En Liga solo un penalti (en la jornada 33, cuando se cumplían 35 de Liga desde la última vez, y 360 días), dos en Copa y dos en Europa. De los cinco solo dos terminaron en la red. Los tiró Carrasco (ante Arenteiro y Cádiz). En lo primero, Lino parece ser el hombre. Para lo segundo, Simeone lo encontró el pasado domingo. Griezmann, su chico para todo, aunque con un particular debe en los penaltis.
Hacía cuatro años que el francés no marcaba de penalti con la rojiblanca. La última vez que lo había hecho aún no se había ido aún al Barça. El 13 de enero de 2019, ante el Levante, 1-0. Entonces ese punto ya era piedra en su cabeza. Una piedra crecida en Milán, en San Siro, ante el Real Madrid, final de la Champions 2015-16. Ahí comenzó todo. Porque nada más comenzar la segunda parte, Pepe derribó a Torres y el árbitro pitó penalti. Griezmann cogió el balón decidido. Ese con el que el Atleti podía empatar el gol de Ramos. “Entre el momento en que Mark Clattenburg pitó y el trayecto hasta el punto de penalti para tirarlo, solo tenía una idea en la cabeza: ‘Tiras al centro y entra’. No cambié de idea. Mi disparo fue rechazado por el travesaño. Me sentí triste, nervioso. Montones de hechos negativos se agolparon”, contaba el francés en su biografía Detrás de una sonrisa.
Un lanzador, un año después
Esos hechos que calcificaron hasta hacerse roca. Lo mismo le ocurrió cuando hace un año, ante el Brujas, se volvió a estrellar con el travesaño. Las piedras engordando en su cabeza. Un año ha tardado Griezmann en volverse a ver en ese punto con la rojiblanca. El domingo ante la Real Sociedad, el francés volvió a empezar. Tiró el penalti en el 89′ para el 2-1, para la victoria. Distinto. Ahora asegurando por bajo, pegado al palo. Para derribar las piedras y convertirse en eso que, sin Carrasco, el Cholo no tenía. Un lanzador de penaltis fiable.
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