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ATLÉTICO

Griezmann, un MVP demasiado solo

El francés fue el único futbolista del Atlético, con Nahuel, que en la 22-23 estuvo realmente al nivel requerido por el club para pelear por los títulos.

Griezmann, tras marcar al Almería con el Atlético en la 22-23.
Kiko HuescaEFE

Terminó la temporada, es el momento de las notas. El Atlético mejoró notablemente el pobre rendimiento con el que había comenzado el curso. Logró clasificarse entre los cuatro primeros, un tercer puesto que cerró en una última jornada en la que, hasta el 93′ de su partido en Vila-real era segundo. Grandes números en la segunda parte de la 22-23 que en realidad no esconden que el Atlético, en realidad, no llegó a competir por los objetivos. Ni antes del Mundial, cuando se quedó de forma desastrosa fuera de Europa, ni después. Una sensación: Griezmann, el mejor jugador de esta Liga, estuvo demasiado solo. Solo Nahuel después de Qatar, Hermoso y Koke en el tramo final y Reinildo, hasta romperse la rodilla en febrero, le acompañaron.

El uno a uno del Atlético en la temporada

Oblak, 1 pica: Comenzó titubeante, en su versión más humana antes de Qatar. Mejoró luego, pero una lesión en las vértebras le apartó los últimos ocho partidos. Una lesión preocupante de cara a la 23-24.

Grbic, 1 pica: Ha tenido una visibilidad inesperada por los problemas físicos de Oblak. 1.011′, 14 partidos, 13 goles encajados y solo una portería a cero. Deja muchas dudas. No transmite seguridad.

Nahuel, 3 picas: El futbolista que más ha evolucionado esta temporada. El mejor lateral de la competición. La gran revelación. Y eso que todo comenzó de la peor manera: un error en su primer partido ante la que era su nueva afición llenó de nervios y errores infantiles provocados por estos cada partido que siguió. Hasta el Mundial. Argentina le devolvió la confianza. Cuatro goles y cuatro asistencias.

Doherty, sin calificar: Fichado en enero para dar descargo a Llorente en el caso de ausencia de Nahuel, ha sido el hombre invisible. 16 minutos de juego solo, repartidos en dos encuentros. 17 sin minutos en el banquillo.

Savic, cero: Su fiabilidad y cualidades están fuera de toda duda, es titular para el Cholo, cuando juega, claro: se ha perdido 103 días a causa de dos lesiones y, además, ha visto dos rojas. Año para olvidar.

Giménez, 2 picas: Más dubitativo antes del Mundial. Después, una pérdida notable de peso y la regularidad. Logró encadenar 16 partidos, regresó el Giménez más fiable.

Felipe, cero: Cuesta recordar que, cuando la 22-23 comenzó, él todavía estaba allí. Siguió por fondo de armario, pero ni eso: asomó en cuatro partidos, tres derrotas. Se fue en enero sin que se notara que se había ido.

Hermoso, 2 picas: Fundamental en la segunda parte de la temporada del Atlético. Su entrada en la línea de tres atrás le devolvió a su mejor versión, toda la confianza y su mejor virtud: su buena salida de balón. Tres goles.

Witsel, 1 pica: De más a menos, ha jugado más de central que en su posición natural (pivote). Atrás al principio brilló por su precisión en el pase. Con el paso del curso, le penalizó la edad, 34 años: lentísimo.

Reinildo, 2 picas: De nuevo, el mejor defensa del Cholo. Se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha en febrero, cuando volvía a estar a un nivel excelso, insuperable.

Reguilón, cero: Llegó lesionado y así se pasó gran parte de la temporada. Recuperado antes del Mundial, después, cuando se le necesitó, tampoco estaba. Otra lesión y rojas en dos minutos lo poco que jugó. Fail.

Griezmann, un MVP demasiado solo
Geoffrey Kondogbia
  • Atlético
  • centrocampista
  • República Centroafricana

Kondogbia, 1 pica: Hasta enero fue habitual, habitual y resolutivo, por su físico y corte. Hasta enero acumuló 1.348′. Luego, triángulo de las Bermudas. Desapareció: jugó 40′ en cinco meses. ¿Por qué? Incógnita.

Koke, 2 picas: Los mejores partidos del Atlético coincidieron con sus mejores encuentros. Motor y pulmón, ha ido de menos a más. El capitán es capital: cuando faltó, el Atleti se hundió.

De Paul, 2 picas: Logró invertir una temporada en la que se cuestionó su rendimiento en el césped y alguna actitud fuera. Llegó a ser silbado por la afición. Pero se centró y dio su mejor versión. Los pitos, aplausos.

Lemar, 1 pica: Sí, tiene calidad. Sí, eso es innegable. Sí, que cinco años después sigue pareciendo poco para un futbolista que costó 70 millones y que no tiene continuidad por las lesiones. No le recuerdas nada.

Pablo Barrios, 1 pica: Fue un soplo de aire fresco en el regreso del Mundial. Un chico de la cantera que derriba la puerta. Pero, si empezó con mucha ilusión, se ha desinflado. Paciencia.

Llorente, 1 pica: Cuando estuvo en su prime físico, una bala, fundamental. El problema es que eso no lo puso sostener. Después de Reguilón es el rojiblanco que más partidos se perdió: 19. Demasiados.

Saúl, 1 pica: Escapa del suspenso por el regusto final. Dos goles (ante Osasuna y Espanyol, jornadas seguidas de sus tres en total) y buen papel de interior. El resto, residual. Muy lejos del Saúl que fue.

Carrasco, 2 picas: Durante una parte de la temporada, parecía su primo lejano. Sin chispa ni velocidad, de Carrasco, solo la cara. Pero jugó todo. Y al final regresó su versión desequilibrante y decisiva. Diez goles.

Correa, 2 picas: Siempre responde, eso es innegable, acabó la temporada con diez goles y cuatro asistencias, pero lo hace desde ese papel que no le gusta, que no siente, pero que es el suyo: el de revulsivo.

Griezmann, 4 picas: El mejor. No solo del Atleti, de toda LaLiga. El MVP. El más influyente, decisivo. Ya lo era hasta septiembre y eso que solo podía jugar 30′. 15 goles y 14 asistencias, participó en 31. Demasiado solo.

João Félix, 1 pica: Comenzó titular pero se difuminó de nuevo entre solo destellos. Tardó tres meses en hacer un gol, que serían cinco al final. Su relación con el Cholo se rompió. Se fue a Londres; allí le iría peor.

Morata, 2 picas: Acabó la temporada con 15 goles, a solo uno de su mejor marca en el Atleti (16). Más no puede hacer. Trabajo y esfuerzo asegurado. Agraviado, quizá, por los árbitros.

Memphis, 1 pica: Llegado en enero del Barça, cuando jugó, gustó y goleó, pero eso pasó poco. El Atlético disputó 21 partidos desde su llegada: dos fue suplente, once los pasó lesionado y solo jugó ocho.

Cunha, cero: Se pidió el 9 y se secó. En enero se fue a los Wolves. Su padre culpabilizó al Cholo de su falta de gol, pero allí tampoco es que se desquitara: dos.