Getafe y Espanyol, dos historias paralelas
Ambos equipos llegan en un gran momento al Coliseum después de un final de temporada agónico

El fútbol, dicen, no tiene memoria, pero la afición sí. Hace apenas unos meses, las gradas del Coliseum y del RCDE Stadium eran un manojo de nervios, un escenario de uñas mordidas y transistores pegados a la oreja. Hoy, la película es completamente distinta. El guión de terror ha dado paso a una cinta de aventuras con final prometedor. Este sábado, el Getafe y el RCD Espanyol se ven las caras en el sur de Madrid no para huir del abismo, sino para reivindicar su derecho a soñar.
Es difícil explicar la metamorfosis de ambos conjuntos sin tirar de la épica. El año pasado, la salvación fue agónica: el Espanyol certificó su permanencia en la última jornada, con el corazón en un puño, mientras que el Getafe lo hizo en la penúltima, respirando tras meses de apnea. Ahora, esa realidad parece de otra vida. Los ‘pericos’ llegan al duelo instalados en una sorprendente 5ª posición, codeándose con la aristocracia de la liga. Los azulones, por su parte, marchan 8º, acechando los puestos continentales y desplegando un fútbol que ha silenciado a los críticos.
Duelo de banquillos y de identidad
El choque del sábado en el Coliseum será también un duelo de personalidades. En las bandas, dos entrenadores que son mucho más que técnicos: José Bordalás y Manolo González son los líderes espirituales de sus vestuarios. Ambos preparadores han construido equipos a su imagen y semejanza: rocosos, solidarios y con una identidad innegociable.
Son ídolos para sus respectivas parroquias porque defienden a muerte a los suyos, dentro y fuera de la sala de prensa. Han logrado lo más difícil en el fútbol moderno: una comunión total entre la grada y el césped. No se espera un partido de florituras, sino una batalla táctica de alta intensidad donde cada balón dividido valdrá oro.
El espejo de la temporada 19/20
Sin embargo, el destino es caprichoso y este enfrentamiento trae ecos de un pasado no tan lejano donde ambos clubes tocaron el cielo y el infierno casi al unísono. Hay que remontarse a la temporada 2019/20, la última vez que ambos coincidieron disputando competiciones europeas.
Aquel año, tanto Getafe como Espanyol pasearon sus escudos por la Europa League. Parecía el inicio de una era dorada, pero el fútbol fue cruel. El Espanyol, distraído por las luces de Europa, acabó descendiendo a Segunda en una temporada para el olvido. El Getafe, que volaba alto y eliminaba a gigantes como el Ajax, vio cómo el confinamiento y el parón de la pandemia cortaban sus alas, dejándolos finalmente fuera de Europa en un final de liga desastroso.
Desde entonces, sus caminos han sido una montaña rusa, pero este sábado vuelven a encontrarse en una situación que recuerda a los mejores tiempos de aquella campaña, aunque con la lección aprendida.
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